el laberinto de la soledad

el laberinto de la soledad tiene una única salida, y está entre tus piernas. 

quien entra, luego de algún tiempo, termina irremediablemente por buscar la salida. o el final, según el caso. vestimos los días de desnudos, de mujeres sin ropa, de vaginas, de trabajo, de amigos, de canciones, de ocupaciones sin importancia, de preguntas. y aún así, seguimos dentro. existen, bajo esa nota de sentimentalismo puro y llano, algunos que podrán decir que es algo triste; mientras, la carga de las horas se acumula, no intentamos salir indemnes de la lucha. otros, no aspiramos a salir ya, sino sólo a conservar la cordura. y bien es cierto que cada quién tiene una manera distinta de mantener a raya a los demonios de la soledad. no es que intente desgraciar ánimos, ni menospreciar velas prendidas a santos; es sólo que no conozco a nadie que haya podido salir. el laberinto de la soledad tiene otro secreto más: no tiene salida, y dentro solo espera, la muerte o la locura.