como aniversario, de tu 25mo: salud.

introducción:
tiene algo rojo en los ojos. pero es la mezcla de su cabello que se combina con la sombra y luz -intersticio y repta, de lo violeta y morado y café y el pozo en donde, no vive la muerte, esta vez no, sino algo así como los niños exploradores- y hace que uno no sepa muy bien de que van. son ventanas. esto se volvió lo más difícil y extraño de mi vida. 

epílogo desprologado: 
veinticinco años, que nunca se escriben en números, veinticinco años decía, de decisiones mal tomadas,  de escoger las mujeres equivocadas, de decidir las decisiones equivocadas, de ir con los amigos equivocados, de dejar a los amigos correctos. veinticinco años, de pastillas y whiskys; de empinarse la botella y jalarse las píldoras, o empinarse las píldoras y jalarse la botella; veinticinco: un cuarto de siglo, de coquetear con las putas equivocadas en los bares; de caminar las calles perdidas, de errar los pasos, de mantener tanto litro de sangre, cabalgando, increíble y presurosos por las venas. de cargar con estas entrañas, tan llenas de mierda, de gastos, de gustos, de verdades y mentiras. días acumulados, libros aburridos, noches malgastadas, novias malqueridas, orgasmos atrasados y adelantados; furias contenidas, canciones desentonadas, bailes arrítmicos, sesiones interrumpidas, naufragios imaginados, ansias prematuras, sábados comatosos, susurro y respiros o respiros con susurros, o vuelos con diablos y ángeles y bajos voltajes y mucho mucho miedo al mismo tiempo: de secretos, nombres, camas, mujeres, fiestas incómodas, reuniones familiares con puros desconocidos, borracheras, crudas mal curadas, historias incompletas, ilusiones, vaguedades, pasteles, copas llenas y otras vacías, muchas coca-colas, cheques que rebotan, pagos mal pagados, vicios enviciados, hermanos que nos aman y nos cuidan mucho, festivales, carnavales, y todo lo que termine en ales, tas, tes, y todo lo que empieza en tus piernas. venticinco años, al borde, el abismo, la navaja, jugando. y el ruido, por supuesto de no quererte. y tantos días, de añoranzas, tristezas entristecidas, desiertos, vulgaridades, pero bosques muy duendes y muy verdes y hermosos, también. veinticinco años, de prólogos, de disfunciones eréctiles, de chismes de vecindad; ventincinco años, queriendo decir te amo; de escribir, de que se me va la vida en que se me va la vida en un papel o algo o una palabra tan siquiera, por favor. veinticinco años de conclusiones sin finales, de finales sin explicaciones. ventincinco, de azules sin azules y mañanas sin guitarras: días y días de viceversas y contraversas. de palabras traslapadas y algunas otras tapiadas. de corazón rotos, de malas inversiones, de sueños, barcos, piratas, películas incompletas, almas caducas, tesoros no encontrados, empresas imaginarias, relaciones 

25 años de geografías equivocadas, y de una vida, que acumuló algo parecido a muchas derrotas y se explica a sí misma, como un derroche de fracasos y cosas que casi nunca entiendo y si las entiendo cuando las escribo dejo completamente de hacerlo.