Año nuevo y sin acentos

Unos ojos bien largos que, telescopicos, alcancen a ver el azul, el negro y lo brillante. Capaz de encerrar esos momentos raros en donde nos convertimos en extraños personajes: con la posibilidad de cambiar el rumbo de nuestra direccion, pero nunca el destino. Jamas al destino. Quisiera, señor locutor, pedirle que de grata manera nos bride ek calor de una nota desafinada, un look de musico y una revuelta (donde se lee revolucion) encarampada en saxofones y fox strots, sinatras y miles davis. Denos otro año mas para observar la esquina, el ring, la butaca, el escenario, la sala de urgencias.