Feliz feliz no regalo, conejito.


Quiero que observes fijamente la manzana plateada que resplandece: ese pedazo de paraíso que nos persigue como tentación y que tiene tantos símbolos ¿Cómo se dice tentación en símbolo? ¿Dulce, dulce presa? ¿Amor tecnológico? ¿Travesura eléctrica? Después que se ha visto tantas veces, uno pensará que llegará el día en que llegará a uno también. La verdad es que hay cosas que no nos están destinadas (quiero enchufarme a la corriente, bla bla bla bla, la quijada, bla bla bla bla)

¿Podremos pasar el siguiente delirio? Mi casa es habitación de manicomio. Y juro que quisiera estar muerto algunas veces, con tal de detener a mi cabeza de pensar: el overthinking, la planta, el alacrán. Habemos quienes no estamos hechos para recibir regalos, ni fiestas sorpresas, ni saludos de bienvenidos: vamos a pudrirnos en la misma y gastada soledad (iba a decir en la gran y reputa vagina de dios) Nunca tendrás un feliz cumpleaños: te condeno por los días de los días que te faltan por vivir (y que tu piel se seque, y que tu lengua nunca alcance la manzana) Salud.