El principio y el reset

Tener epilepsia es como andar por la vida con una pistola cargada en la nuca, dispuesta a disparar y volarte las neuronas en cualquier momento. Se que hay otras enfermedad que se jactan de ser las reinas de la desgracia, y probablemente lo sean, pero las crisis dan un toque casi automovilístico al asunto. Casi deportivo. Quién negaría la gracia torpe y penosa de aventarse un clavado convulsivo a mitad de restaurante? La parábola en vela. El abismo sobreviniente. La culminación de la negrura. La pistola. Es cómo vivir la vida sumergiéndose en los túneles gigantes del Mario Bros, dónde nunca sabrías en qué lugar ibas a despertar. El principio y el reset.