Hay que regresar, echar el ancla a babor, ponerse gorro de marinero, trapo de pirata, comer sopa con grasa y brillarse los brazos de sudor y sceite negrusco. Por Argentina, Francia. Amor mío, que París que Buenos Aires, que Madrid. Vela, llevas llama de mujer, cera de paraíso, y yo aqui que me pierdo entre los minutejos en forma de espumarajos, tratando de encontrar las palabras que historicamente sean usables (¿usables? (¿Desechables?) o mejor dicho -dialecticamente speaking of course- apropiadas, estéticas. Conservar aunque se este lejos. Habrá que regresarse a sí mismo. A si mismos, para luego, con argentinidad, irse a darse a los demás, porque ahí comienza la vida y ahí comienza el comienzo. ¿y si no como?
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blog de relatos de hombres imaginarios con jumanjis, auras matutinas, sueños mal recordados y maromas neuronales.
Epale hermano, había perdido tu blog ahora yo... cuando cambié de imagen pues, puff se fueron todos. Recopilando ahora.
ResponderBorrarSaludos!