Solo justo un momento después de que sintiera el falso bajo el pie y el escalón escabuyéndosele por algun lugar de la espiral de la escalera, alcanzó a ver el peldaño madreandole la frente y el instante consumiendose a sí mismo en un arevalo de golpes y caídas (en espiral, igual que la escalera, igual que la fucking escalera borracha) y colores calientes y la sensación de un calor y frio, que no se sabía se el calor quemaba o si el frio enfriaba. Perdió el conocimiento y alcanzo a pensar aún en la botella, en la imagen de la etiqueta de la botella, imagenes idiotas se diria después, pero es que la mente es traicionera y juguetona, y vió ahora, con una ordenación y claridad de monje tibetano, las tres imagenes que pudo recordar mientras se caía de la escalera: la etiqueta de la botella indio a media tirar, la imagen del trapecio perfecto que hacia el escalón con el suelo y pensar en lo infinitamente pendejo que podía llegar a ser algunas veces como para caerse y darse en la madre, así, sin ton ni son en una resonata de maromas desafinadas que lo guiaban hasta el principio de un coma de 7 años.

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