Eva Fitzgerald salió, por primera vez en veintitrés años, del condado de Shelby. El diablo se le metió desde los pies y nunca la volvió a dejar. Le abandonaron las naúseas, los ascos y los ángeles mas hermosos de Dios. ¿Le abandonaron los ángeles mas hermosos?
Tomó nuevas formas: se le llenó la panza de cucarachas y gusanos hervidos. Tenía ojos de radiación y comezón en la muñeca izquierada: esquizofrenia.