27.7.10



Eran como los sueños. Uno podía ver y dibujar cosas en el aire (rosa) pero no alcanzar nunca a llegar a ningún lado: peces dorados gigantescos volando por las montañas, huesos fosforescentes del tamaño de dinosaurios, unos converse corriendo solos a la velocidad de una mirada: eran así, imperceptiblemente nítidas. Nosotros teníamos mucho miedo de quedarnos en la otra orilla (la de fuera del lente avisor de su cámara). Era como el sonido de una mañana resonando dentro de una concha de caracol, multiplicándose en las velas de aura color lavanda. Eran como sueños. Sus fotografías eran sueños (estrellándose líquidos, pausados y calientes) en donde uno se podía perder para siempre.

prólogo o epílogo

el lector se encontrará en este blog toda una serie de fallas estructurales y gramaticales; de forma y contenido, de orden y cronología. el autor, en un intento muy frustrado de hacerse pasar por novedoso o chiflado, se ha visto acosado constantemente por seres imaginarios que se colgaron alevosamente entre cada una de sus neuronas, como jumanjis en plena selva, como fukús de barcos que llegaran naúfragos en tazas gigantescas de café.