10.10.10


Se instaló en mi vida con la autoridad de un gato consentido. Y pensó que quizá no había manera de volver a escribir como lo hiciera en años anteriores: subiéndose al techo imaginario de su departamento, entre el aire afilado de las madrugadas y con un gran tazón de café negro y un poco de whiskey. Éramos nada: eramos un puño de espermas viajando a toda velocidad, tratando de fecundar el iPod de la vecina. Estoy sentado en la última fila de sillas del vagón y estamos ganando velocidad, estamos ganando velocidad e instalándonos con autoridad en el universo jodido: tajantemente prohibido oprimir la tecla DELETE.


prólogo o epílogo

el lector se encontrará en este blog toda una serie de fallas estructurales y gramaticales; de forma y contenido, de orden y cronología. el autor, en un intento muy frustrado de hacerse pasar por novedoso o chiflado, se ha visto acosado constantemente por seres imaginarios que se colgaron alevosamente entre cada una de sus neuronas, como jumanjis en plena selva, como fukús de barcos que llegaran naúfragos en tazas gigantescas de café.