13.4.11

¿Milagros en la ventana?

Intentamos por un momento detenernos y pensar. Pararnos ante el escurrimiento total del tiempo. Los días, las horas, los minutos se nos van yendo y simplemente no lo podemos evitar. Entonces, hay que trazar el rumbo. Aunque este signifique seleccionar. La selección, es también, una forma de muerte y pérdida. Por medio de ella, le damos vida y muerte a caminos. ¿Qué pasará con los caminos que nunca elegimos? ¿Cuáles serían nuestras esposas y nuestros hijos, bajo elecciones distintas? Entonces, tenemos que llorar desde ahorita y aventarlas al vacío. Duelar esa amalgama que no llegó (pero a su vez, llegó la mujer de mi vida); comprender que ese trabajo tampoco llegó (pero llegó otro que aborrezco el 90% del tiempo, pero aun queda un 10% que disfruto); entender que la vida da muchas vueltas y no importa cuánto las cosas se planeen y cuánto tiempo duremos escribiendo lo que vendrá....hay ventanas demasiado altas -la Muerte es una de ellas (Xavier Velasco)- y el destino es la otra. Esa ventana dónde si podemos observar pero no acercarnos, de modo que siempre miramos estáticamente hacia al frente pero nunca lo viene luego o vendrá. Así que hay que tomar un respiro profundo. Cerrar los ojos. Sonreír. Y pensar que este es una especie de día-comienzo-recomienzo: un milagro. Tu. Tu en mi vida, un completo milagro.

prólogo o epílogo

el lector se encontrará en este blog toda una serie de fallas estructurales y gramaticales; de forma y contenido, de orden y cronología. el autor, en un intento muy frustrado de hacerse pasar por novedoso o chiflado, se ha visto acosado constantemente por seres imaginarios que se colgaron alevosamente entre cada una de sus neuronas, como jumanjis en plena selva, como fukús de barcos que llegaran naúfragos en tazas gigantescas de café.