Existen leyendas que quedan flotando en el aire para siempre. Necesitan un cuerpo que las atrape para que puedan descansar. Igual que los muertos. La mía, necesita también el suyo y debería cuando al menos, albergar no menos de cien hojas.
prólogo o epílogo
el lector se encontrará en este blog toda una serie de fallas estructurales y gramaticales; de forma y contenido, de orden y cronología. el autor, en un intento muy frustrado de hacerse pasar por novedoso o chiflado, se ha visto acosado constantemente por seres imaginarios que se colgaron alevosamente entre cada una de sus neuronas, como jumanjis en plena selva, como fukús de barcos que llegaran naúfragos en tazas gigantescas de café.