Falta un minuto para que la madrugada empiece a ser amanecida y presumirse como alba. Y es la misma la que me susurra que utilice ese discurso joven e impreciso. Sól que ya hemos visto muchos discursos así, por ahora.
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blog de relatos de hombres imaginarios con jumanjis, auras matutinas, sueños mal recordados y maromas neuronales.