el galeón

El agua peligrosa y verde arremataba contra la carcaza del enjuto barco. Miró pot encima de la soga que colgaba en pendulo de uno de los mastiles. Miró los cielos verdosos, esmeraldas y violentos. SUpo que iba a morir. Vio la sombra atacante que paseaba por debajo de ellos una y otra vez.
Tuvo miedo.
Cerró los ojos.
El Galeón no era una novela (musicología, estrellas, jazz, una taberna flotante), era una tarima de nuez borracha que paseaba de mar en mar. Era el sonido de un clarinete, caverna de bufones marinos, de bebidas fluorecentes, de pocimas gitanas, de embarazas. El Galeon era olor a pescado. A exilgio de cuento que se escribe solo. El Galeon era la negrura misma de las plantas que crecen en el estomago: hiel, vómito, liquido verde, la negrura misma.

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