18.12.08

orham pamuk


Miró por entre la baranda aspirando el aroma a sal y estuvo a punto de recordar la portada de un libro: Nieve, en donde todo el paisaje caneaba irremediablemente entre copos de frío y una fotografía en blanc y negro. Vio un mar color mercurio entre surcos plomizos y suspiro tranquilo con una cara de melancolía mal encajada. Fumo el cigarro. Aspiró el humo. Perdió la certeza de encontrarse a salvo. Camino tres pasos y se fue deteniendo poco a poco sin saber porque mientras la superficie, ora siempre agitada ora en constante devenir pareció quedarse asi suspendida. Justó en el momento que paro su marcha y se detuvó, el mar completo a miles de millones de grados se detuvo junto con él (el universo, pareció chingada madre, obedecerle por primera vez)
Cerró los ojos.
Por sus venas corrío a levante un barco plateado, gritando y blasfemando con la voz en coro de miles de piratas. Fue un pestañeo, algo impercetible si se narrara sin hacer zoom. Segundos después, echaba mano a su navaja y mataría por primera vez en su vida, sin saber bien porque lo hacía.

prólogo o epílogo

el lector se encontrará en este blog toda una serie de fallas estructurales y gramaticales; de forma y contenido, de orden y cronología. el autor, en un intento muy frustrado de hacerse pasar por novedoso o chiflado, se ha visto acosado constantemente por seres imaginarios que se colgaron alevosamente entre cada una de sus neuronas, como jumanjis en plena selva, como fukús de barcos que llegaran naúfragos en tazas gigantescas de café.