orham pamuk


Miró por entre la baranda aspirando el aroma a sal y estuvo a punto de recordar la portada de un libro: Nieve, en donde todo el paisaje caneaba irremediablemente entre copos de frío y una fotografía en blanc y negro. Vio un mar color mercurio entre surcos plomizos y suspiro tranquilo con una cara de melancolía mal encajada. Fumo el cigarro. Aspiró el humo. Perdió la certeza de encontrarse a salvo. Camino tres pasos y se fue deteniendo poco a poco sin saber porque mientras la superficie, ora siempre agitada ora en constante devenir pareció quedarse asi suspendida. Justó en el momento que paro su marcha y se detuvó, el mar completo a miles de millones de grados se detuvo junto con él (el universo, pareció chingada madre, obedecerle por primera vez)
Cerró los ojos.
Por sus venas corrío a levante un barco plateado, gritando y blasfemando con la voz en coro de miles de piratas. Fue un pestañeo, algo impercetible si se narrara sin hacer zoom. Segundos después, echaba mano a su navaja y mataría por primera vez en su vida, sin saber bien porque lo hacía.