un post que nunca debió haberse publicado

Mi cama esta vacía. Esta cama sigue amaneciendo hueca y fría (Cama vacía que se agranda en un espacio ilimitado de un rectángulo sin frontera. Frontera la que prometo y nunca llega). Creo que seguirá estando así por mucho tiempo más. Creo que me gusta como esta, después de todo, esta cama no me pertenece más. Así le dejare sin que nadie la toque, con olor de humo y a mí. Solo a mí. El corazón de mi cama sigue vacio también, no es cierto que conmigo hay refill, no lo es. Conmigo nada tiene certeza, mas que esta que he venido haciendo con el paso de los días. Tus ojos eran el cielo. Y mirarnos reflejos en los mercuriales, a pocas cuadras del taxi. Habrá que aprender a amanecer. Recomenzar las cosas desde mi yo profundo, desde mi yo argentino. Este argentino que es una sequía constante. La noche sigue entrando por la ventana, cribándose por entre las venas. Habrá que recomenzar en un sitio sin cielo, un lugar que tenga por techo un enorme hueco, del mismo tamaño que el de la cama. Este entrada en la que esta prohibido dar marcha atrás y borrar las cosas escritas, hoy esta prohibido dar marcha atrás y borrar las cosas escritas. Borrar las cosas escritas y entonces si empezar con un nuevo sonido: maduración es cuando todas las moléculas de un organismo se ponen en movimiento y alcanzan una misma vibración. (Noche tramposa, día febril. Noches con forma de brazos con fiebre que abraza en la ausencia con olor de ciudad). Habrá que poner a Sabina un rato, descalzarse, seguir lavando mi ropa en la regadera, habrase visto, que alguien en su sano juicio se meta con todo y ropas a bañarse. (Soy una niñita tramposa viendo a ver que nuevas pastillas salen al mercado. Vendo droga, soy puta, soy esquizofrénica, soy una aberración, sin nombre). Fumarse los siete cigarros que quedan en la cajita, meterse el humo adentro para ver si algo sana por dentro. Solo para ver si a donde tu me lleves voy. Dice Sabina que de estufa corazón, te tengo a tú. Yo no tengo estufa, ni tengo a nadie, ni dos camas vacías, solo un hueco que me despierto abrazando, cuando me han robado la cartera, y miento porque no vestía medias negras (Soy una virgen cualquiera, una Magdalena sin lagrimas, mas bien escotada y sin calzones.) No importa lo que llevaba, ni lo que llevamos, esto se publica así sin pretextos ni dilaciones, un post para dejarlo así sin miramientos, al expreso del olvido, sin soborno ni ticket de vuelta. (Noche en forma de botella de barril sin fondo. Noche de barco y perfume de madera mohosa, de muelle atascado y callejón sin salida.) Monterrey, Nuevo León, una ciudad de coincidencias y de leer novelas, y de hacerse el fuerte, de romper corazones limpios, de madrearle las alas a quien menos se lo merece. Yo quiero vivir la vida un poquito, o un mucho y me quedan siete cigarros. Y empieza el countdown, y ahora pienso, en esta noche que te llama, que mi vida ha sido un continuo contdown que ha llegado al fin y ha descubierto que no hay nada después del uno. Todo se queda, las cenizas, la luz alabastrada de una noche que enseñaba tonos rosas: Eva y Adán. (El arte es, un estancamiento brutal y al mismo tiempo, la batuta de la exaltación, sinfonía del hombre, música que penetra de una ventana tan alta como la muerte, de la que solo podemos ver, el nacimiento, obra y omisión, sin remitente ni destinatario.) Este dolor maltrecho, este dolor de cigarro y de más de dos cajetillas, y el camellito sobrino de un primo hermano cubano, me ve y se ríe de mí y del cáncer sin nombre que se va haciendo. (Humanidad trasnochada, estrellas rapaces. La mañana se le cribaba por los huesos. Y la luz de sol. La luz del sol.) Espero que pase el tiempo y que las cosas pasen. Las cosas cuestan lagrimas, decisiones, espero sin más que hagas una mueca burlona y de desaprobación. I know you are somewhere around. I know that. (Arranca un coche y sigo arrastrando noche, consustanciado en la luna.) Pero las cosas siguen y yo quisiera tomar un coche que arranque sin volante ni frenos y me lleve a alguna otra galaxia lejana para empezar las cosas todas otra vez, para seguir el dogma de recomienzo, pues los hombre, !ay señor, los hombres son señor caminos!, los hombres son caminos. Soy camino extraño y extranjero. (Dejamos de escribir de ojos de niña con ojos de la luna. El krazyworld sumergido en una narrativa surrealista y narcoléptica, epiléptica, que hace elipsis con la parálisis.) Y en vez de lamentármelo, he decido tomármelo con calma, He sacudido el polvo de todos los rincones de mi alma, dice sabina, como una explorador, el pasado es como una piedra inevitable con la que hemos de tropezar, pero miento, porque las madrugadas no se despistan con otros ojos. Porque las madrugadas son como árticas. (Paradoja, caja de pandora. sonora ola, cruz en vilo, exangüe te busco. Exangüe se voy hacia mí. Te llevo de la mano, en donde alumbra el cielo perdido.) Es un problema de amor supongo, supongo pero no lo se de cierto. Hay muchas cosas que no las sé de cierto. Y espero que la parranda disfrace bien los sentidos, porque habrá que sentarse y estar solo, la soledad es así: nos persigue sombra. (El cielo que guarda sitio a los marinos, marineros, reos, espalda de mujer dormida.) Espalda de mujer ausente, ¿como no imaginarte, como no imaginarte? cuando eras la princesa de la boca de fresa, cuando tenias aún esa forma de hacerme daño, pero ahora es, exangüe estoy, pero ahora es, demasiado tarde princesa. Ojala se me cierre la garganta, se me engarruñen las manos, se me tape la tráquea y estampe en el suelo, mi calcomanía ridícula de escritor ridículo. (Cama vacía que se agranda en un espacio ilimitado de un rectángulo sin frontera. Frontera la que prometo y nunca llega) Y yo no quizá, que escogieras mi shampo, ni comerme una manzana, dos veces por semana, sin ganas...de comer. ¨Porque este adiós no maquilla un hasta luego, este nunca no esconde un ojala, estas cenizas no juegan con fuego, este ciego no mira para atrás, este notario firma lo que escribo, esta letra no la protestaré, ahórrate el acuse de recibo, estas vísperas son las de después, a este ruido tan huérfano de padre no voy a permitirle que taladre un corazón podrido de latir, este pez ya no muere por tu boca, este loco se va con otro loca, estos ojos no lloran mas por ti...". Esta noche, mi cama esta vacía y espero dejarla así por mucho tiempo más. Enmudada, silenciada y muerta. (Llegan las cartas al séptimo cielo, a la venganza de un juego cruel. De un muñeco sin alma. Los farsantes se van, paseantes, transeúntes, que van, sin saberlo por entre la cuerda floja de la trayectoria infinita) No alcanzan los cigarros nunca, no alcanza nunca al amor, ni el amor alcanza, ni la felicidad alcanzo, se me escapa, como sueño amanecido, somos visión de madrugada. Esta puerta esta cerrada, por derribo, para decir Sabina, a luego nos sobran los motivos, nos sobran las mentiras, y las verdades para afirmar que todo lo escrito antes es mentira. (Escribiremos en la portada una estrella de David y una Esvástica, cruz gamada de un Cristo quejoso y marica, de una sangre no derramada, de una sangre que no termina nunca de caer en un hueco en forma de túnel de hormiga: Bienvenido Dalí, que mediremos de hoy en delante, el talento con el absurdo, con el absurdo exangüe péndulo con el que te miro cansado, que nunca te advienes en esta villa de narcos, en esta ciudad trasportada, en este crimen sin victimas, en este borrón de la letra, en esta elevación en forma de orbita). Y que nos quedará, después del túnel de tus piernas? Que nos queda después de encontrarnos con un blog que sabe a despedida, y se sabe sin vida, porque la vida, no es un blog cuadriculado, es más bien una sonrisa de proxeneta al piano, de un fumador de hachís. (Navegaremos en la parábola del Buen Pastor, ocultando las ganas de un buen acostón con el Mejor Apostador) No serán los últimos versos que te escribo. Estos son los últimos versos que te escribo. No, no serán los últimos. Son los últimos. Deme por favor, así sin toqueteos tramposos: pastillas para no soñar. (Ilumina las frases de placer en donde sale el sol y seguimos observando estrellas, en el balcón en donde los ángeles como tú se sientan y toman café, para luego, poner un modelo para armar numero sesenta y siete y discutir entre l jazz y el blues y el flamenco y en donde no importa la sumatoria, porque ellos sabrán leerlos, joder que si sabrán leerlos y bailar con la sintaxis perfecta, menguada y elaborada en el gen mismo de Dios.) Es que yo no quiero que vengas con ganas de llorar. Yo no quiero nada. Ni catorce de febrero, ni cumpleaños acompañado, ni maletas. Yo lo que quiero es lo que hoy no es. Lo que se acabo en la coleta en donde va mi corazón ligero, muy ligero, en un cascaron de nuez. Nos sobra madrugada, nos faltan cigarros, nos sobra la mitad de la cama. (Para tomar aire luego y vomitar la música y el sonido engrandecido de esa mística literaria y sentarse así, con la desfachatez en una mano y el sexo en la otra, y hacer literatura.) Quedarse callados un momento...sin ganas de comer. Sin ganas de comernos. Ni besar tu cicatriz. Yo simplemente, no nos quiero sin mí. No me quiero sin mí. Yo simplemente, no tengo la más mínima idea, de que es lo que quiero. Porque tus ojos no son tristes, son de cachorro, y esos corazón, cuando no mueren matan. Nos falta espacio en el cenicero, habrá que echarlos en tu mitad de la cama, a ver si con esas cenizas se hace un hogar. (Hacer de la literatura una vida y de la vida una literatura nunca contada., en donde escribiremos, como en el muro inacabado de la humanidad la sombra de los limoneros, que dan mas sombra que el World Trade Center, para luego con un calambre que se meta por la lluvia del cráneo, acoger dentro de nosotros una rayo color hueso cráneo, y rogar a las neuronas para que no se colapsen. Rogar por que no se colapsen) Estoy acostado, no he salido. No saldré. Creo que dejaré mi cama vacía un tiempo. Así vacía. Tributándote, aunque se que es lo que menos quieres. Recostado, inclinado, defectuoso, con defectos de fabricación. Yo no quiero nada. Ni anónimos ni saber de como estas. La manzana sin ganas de comer, ni tampoco calor artificial de invernadero. Yo quiero nada y que una masa indescifrable se me meta por los pies y me coma las ansias y me coma los sueños. Yo quiero un monstro que me coma los sueños uno por uno como calcetines sueños, y que se coma también, uno a uno, los miedos de estar en el aire y saber que nos vamos a estrellar. Estamos en el aire. Estamos en el aire y nos vamos a estrellar. Con el suelo ¿a quien le importa el suelo cuando se ama? A mí. A mi me importa. (Rogar a las neuronas que no se tarden, que no se dilaten en la ausencia que sube, en la sombra que huye, que aguanten, por amor a los tapetes del taxi, a la sala de urgencias (cuando el taxi es una ambulancia) en voces que se escurren entre atropellos y jeringas, de practicantes asustados.) A mi me importa el suelo, porque soy y estoy sin remedio ni medicina, un pez de ciudad que bucea a ras de suelo. Espero que de perdida te sirva para escribir. Y desafiando al oleaje sin timón ni timonel, por mis venas va ligero de equipaje, sobre un cascarón de nuez, mi corazón de viaje. Tatuajes de un pasado bucanero, de un ligero de mujer. Y esta cama sigue estando vacía. Esta cama sigue amaneciendo fría y hueca. Creo que la dejaré así por mucho tiempo más, para que se la coman las madrugadas grises, esas que tanto odias. Yo se que despiertas triste en la mañana. ¿Que remedio? Que remedio más que amanecer por bluetooth. Y si nos dejo, nos vamos a querer toda la vida. Un puente, un barco, un sol que no se apague nunca, un avión que nos diga estamos en al aire. Estamos en el aire, que va buscando la muerte ese jinete y va, deseando la muerte, justo ahora la va deseando justo ahora, cuando la caja apunta cuatro cigarros y Sabina sigue por tercer disco. Pero que le hacemos corazón? La próxima vez, te salto encima. (Minimizaremos el efecto para pelear por la causa, que nos sobran los medios y los miedos y los miados y nos faltan las fobias y las filias y queremos escribir, hacer un tratado gigantesco de las manías que nos arrastran, como diablos que galopan detrás de los ojos, y nos llenan los ojos de azufre señor, Si, que nos llenan los ojos de azufre señor, y nos apañan la mente y nos emborrachan en un trance sin fin, ni vuelta, ni ticket ni comprobante, firmo sin ver, el contrato en que el traspaso mi alma con el diablo, para luego arrepentido, venir al Catolicismo y rogar, llorando y con fingido afán buscar, buscar abriles rojos y delirios que nos lleven a la cima del fasion escribiente. ) Y el telón amenaza con bajarse. Lo nuestro duro, lo que duran dos peces de hielo, en un whiskey under rocks, y en vez de fingir te dio por decirme que era un culo. Y el telón asoma querer entreverarse arriba de mi cama, en medio de tu lado y el ´mío. Me dejo, y le dejé el corazón en los huesos. Y yo de rodillas y desde el taxi haciendo un exceso me tiró dos besos, uno por mejilla....Y regresé a la maldición del cajón sin su ropa, a la perdición de los bares de copa, a las Cenicientas de saldo y esquina, y por esas ventas del fino Laina, pagando la cuenta de gente sin alma que pierde la calma con la cocaína, volviéndome loco, volviéndome loco, derrochando la bolsa y la vida la fui dando poco a poco la fui dando por perdida y eso que yo, para no agobiar con flores a María, para no asediarla con mi antología de sabanas frías y alcobas vacías. Tanto la quería que tarde en aprender a olvidarla, 19 días y 500 noches. Y pienso ahora, te pienso y me veo arrebolado en un callejón sin salida. No pido perdón, no, no señor, no pido perdón, si siempre tuvo la frente muy alta, la lengua muy larga y la falda, la falda muy corta, dice sabina, y digo yo que negaría al santo sacramento en el mismo momento, que usted me lo mande. Que usted me lo mande, con los ojos de cachorro. Para decir no, y decir mentira, si. Y decir que sí, que que vacía esta esta cama y así se quedará por mucho tiempo. Cantaremos los diegos de un lado y las mafaldas desde el otro, aunque sea por celular y pon infrarrojo, por puerto infrarrojo nos llegue un barco cargado con dinosaurios, con el corazón enamorado y quejándose, si quejándose sobre todo, del mal de amores. Tanto Proust, tanto Reverte, tanto Velasco, tanto Mastretta, tanto Montero, tanto Millas, tanto Mallea, tanto Borges, tanto Magnus, tanto Fadanelli, tanto Reynosa, tanto Tijuana, tanto Miller, tanto Kawabata, tanto Rocagiololo, tanto Restrepo, tanto Llosas, tanto Blancornelas, tanto Janeth, tanto Saramago, tanto Haddon, tanto García Marquez, tanto Cervantes, tanto Paz, tanto Neruda, tanto Villa-Inclán, tanto Vila-Matas, tanto Filio, tanto Rodríguez, tanto Dalí, tanto Freud, tanto Allende, tanto Jung, tanto Alfaguara, tanto Arreola, tanto Balzac, tanto Calvino, tanto Cortázar, tanto Fuentes, tanto Capote, tanto Faulkner, tanto Gorostiza, tanto Pamuk, tanto Vallejo, tanto STENDHAL, tanto Mistral, tanto Hesse, tanto Camus, tanto su hermano Sartre, tanto Fitzgerald, tanto Gogol, tanto Quiroga, tanto la llorona Vargas, tanto Jiménez, tanto Bequer, tanto Benedetti, tanto Sade, tanto Unamuno, tanto Dumas, tanto Darwin, tanto Velasco, Tanto Sabina, para venir a cagarme en mi mismo con esta cama vacía que no puedo soportar. (Que no seremos más que escribientes calientes por papel. Calientes por vendernos como pan caliente, Qui Reprend Conscience De La Folie Du Pouvoir, Une Nouvelle Zone Sans LoiEt Sans Punition, Qui Défend Le Droit De La Simple Vie Mon Avis) Hemos venido a cagarnos en este post que parece no tener fin, como esta sobriedad, mientras te imagino de mil maneras con un vaso de alcohol y tú la cámara a chinga y jode con los flashazos. Y quedan dos cigarros para un solo corazón. Quedan los últimos que siempre tenían dos bocas, como yo siempre tenía una boca, un diario que me regalaste completo, como una vida que me diste para que te escribiera en ella, ¿a donde tu me lleves corazón?, con tanta piel abierta, para venir a joderlo todo con una plática con ropa y te medio recostada. Pero yo no tuve más religión que un cuerpo de mujer, y hoy, hoy no tengo a quien rezarle. Hoy comienza en mi vida, y esta prohibido borrar, una letra más. Un cuaderno vació con hojas sin rayas, maldita madrugada y yo que me creía, soltero con una cama disponible, y hoy no tengo, ni la mitad mía. Pero al final de todo la cama sigue estando tan vacía, ojalá estuviera cargado el revolver que traigo atrás de la nuca, de tu abrazo callado, de tu regalo en la mañana, de tu cara que solo yo conozco, y vas a querer mirarte, en mis ojos claros, en los propios brazos del que este contigo. Porque la puerta esta cerrada y esta cerrada por dentro y con escombres de derrumbe, ahorrémonos estas vísperas de noche buena, estas vísperas de años nuevos, que nunca llegan y se han de quedar dilatados en el segundero. Me gané un reloj para darle cuerda todo el día y perdí una mujer. Aunque habrá que ver si es cierto (besos de Judas, cura de humildad) que a veces gana el que pierde una mujer. Sin anillos ni casitas, ni muñecas ni retornos, este Septiembre, no acuses a mi corazón, tan mal trecho y ajado que esta cerrado por derribo. Para decir con Sabina, pa luego nos sobran, nos sobran los motivos. (Est Que Le Ciel Descende Officiellement. Je Rêve De Vivre Un Krazyworld: vagaremos como soldados por entrepiernas gonorréicas, buscando la muerte en un hueco negro, de piernas de putas que vengan a venderse, con los ojos cerrados, misioneras del falo, cruzados del pubis, verdad única del ser humano.) Esta coleta de cometa, esta punta de noveleta, esta guitarra callada que hoy canta sin remedio, adiós los dedos que sueñan que te desnudan. (La verdad irreversible de la carne. irreversible no, aún con toda la sublimación de mierda que podamos hacer, construir, el Santo Oficio de La Masturbación.)

Y me quedo ciego desde hoy, vamos a ciegas en un espacio ilimitado, una circunferencia, ajado y maltrecha, una circunferencia sin limites. Porque así estoy yo sin tí. Me faltan dos ojos de cachorro, para ir por el aire y decir: estamos en el aire, me falta y ahora voy ciego como los ángeles, como tú. Así estoy yo, sin ti. Cuando tus ojos eran el cielo. Pero no abro ninguna puerta, porque este corazón esta caduco y podrido de latir. Permitiremos taladrar el espacio vació con las letras. Nos dejaremos sufrir uno al otro en el silencio de todos los días, cuando sabes que te digo algo entre tus gentes y las mías, que no son otras que las mismas. Ahora es demasiado tarde princesa, Hotel, dulce hotel, desde donde hay dos camas vacías que igual tendrían, en el pent-house o en motel del centro, dos camas vacías con dos medios lados vacios. Como si llegará el último puerto a estas ansias, como si hubiera un destino por fin, para mis pasos (esos pasos-sueños que tengo tanto miedo de olvidar por el camino). Esta gárrula de sentimientos incomprendidos. Ya no cierro los bares, ni hago tantos excesos, porque cada vez son mas tristes, las canciones de amor. Ojala, si señor. ¿No querías verme así? Las puertas que nos cierran. Las fronteras que nos abarcan. Una mierda tu lo sabes. Asi que tarde, en aprender a olvidarla, diez y nueve diaz, y quinientas noches.

Comentarios

  1. ay dios... qué buen trip


    pásate a ver el mío D:

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  2. volveeeeer
    con la frente marchita
    las nieves del tiempo
    platearon mi cien

    (se trataba de tripear?)


    VOY A REGRESAR, MOCO, VOY A VOLVER A ESCUPIR FUERTE, FUERTE, PARA ARRIBA

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  3. Hay que ser, tres veces por semana infinitamente egoista.

    lo digo YO.

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  4. espero tu regreso. creeme que si.

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