8.3.10


La cosa comenzó por el cuarenta y nueve. Eran tiempos duros en el viejo condado de Rockwood, Nuevo México. Sendas paredes de arena amarilla y azafrán cubrían las paredes de todas las cantinas y Rosy McFlanagan miró por encima de la ventana y pensó que aquellos árboles eran simplemente muy verdes. Muy GameBoy y con demasiados pixeles. Llevaba escasas dos semanas en el pueblo y ya se había enemistado con el sheriff. Era, simplemente, un imbecil. No como ella, ella se dedicaba a lo suyo y punto. Nada de andar jodiendo a los demás. Siempre le sobraban ideas y le faltaba tiempo para llevarlas acabo. Pero iba diciendo, que la cosa empezó allá por el lejano 50´s. Cuando muñequitas dolls bailaban al ritmo de pianolas y se pedía aguardiente y se bailaba polca. Gloriosos días. Los sureños se mantenían en relativa paz y se había logrado una gran estabilidad, o al menos, ni un indio con ínfulas de Game Shoter se atrevía a agujerar el gran tanque de agua que alimentaba a toda la población. Rosy McFlanagan era, simplemente, muy astuta para ser noche y demasiado lista para ser mañana. Y eso le costaría la vida, años después.

prólogo o epílogo

el lector se encontrará en este blog toda una serie de fallas estructurales y gramaticales; de forma y contenido, de orden y cronología. el autor, en un intento muy frustrado de hacerse pasar por novedoso o chiflado, se ha visto acosado constantemente por seres imaginarios que se colgaron alevosamente entre cada una de sus neuronas, como jumanjis en plena selva, como fukús de barcos que llegaran naúfragos en tazas gigantescas de café.