había más de mil imagenes que observar: desperdigadas, ausentes y flotantes en una realidad que se le antojaba falsa e inalcanzable, porque aunque juntara todos los minutos de su vida, no podría darle alcanze en ninguna de las vidas calculadas que inventaba matemáticamente: había tambien un millón de posibilidades, multiplicándose por miles de personas que podía conocer, amar, toparse en la calle, despedir y tuvo que toparse precisamente con aquella que le jodería por completo la existencia.