Hundir en el fondo el cuchillo metálico. Chuparle los ojos. Esos que habían leído delirio. Esos en donde se terminaban los sueños. Sería muy pronto. Sin lugar a dudas sería pronto. Era cuestión que el cigarro se le terminara (en un afán interminable de consumirse a sí mismo) durante los próximos dos minutos. Y entonces lo haría: hundir en el fondo el cuchillo metálico. Chuparle los ojos. Esos que decían delete: delirio: diseño. ¿Dónde estaban? ¿Y porqué carajos todo venía, de un tiempo para acá, en signos de interrogación?
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blog de relatos de hombres imaginarios con jumanjis, auras matutinas, sueños mal recordados y maromas neuronales.