Abrir la hora. Ver el espacio blanco. Ver marchar cada una de las letras. Tener la esperanza de que provacarán algo muy malo. Algo macabramente malo. Un infarto. Un degüello. Una crisis epiléptica. Tener la esperanza que, luego de escribir un texto, alguien se puede morir al leerlo.
prólogo o epílogo
el lector se encontrará en este blog toda una serie de fallas estructurales y gramaticales; de forma y contenido, de orden y cronología. el autor, en un intento muy frustrado de hacerse pasar por novedoso o chiflado, se ha visto acosado constantemente por seres imaginarios que se colgaron alevosamente entre cada una de sus neuronas, como jumanjis en plena selva, como fukús de barcos que llegaran naúfragos en tazas gigantescas de café.