Este kafé se nos está cayendo a pedazos: entre un psicoanalista jodido que le intenta bordear los límites y un escritor aficionado de cuarta. Kafé. Kafé. Cuatro letras que resuenan en el universo de muchas neuronas. Mr.Kafe. Entitulado. Bragante. Desbordante. Con la capacidad de altivez y depresión al mismo tiempo: una inúmera repetición y miles y millones de combinaciones, todas enervadas en un mismo precioso, dulce, dulsísimo tronco encefálico, resguardando miles de palabras y construyendo cientos de binomios, listos para ser cristalizadas y ser lanzadas al mundo (vacio, tu suspiro, el zoom, la distancia, cinco años, tu ausencia) Este kafé idiota se nos muere; se muere de amor: se desintegra.