22.11.11

Basta de Padres Nuestros, Míster Father.



No se aún a quién se supone que deba representar este blog. Uno escribe, o al menos debiera hacerlo sin pensar en figuras de representación, pero los procesos cognitivos son complejos, hilos azules, cables de luz tensores -oscuros cuervos inmóviles, difíciles, estáticos y vibrantes sobre un alambre de luz, potencialmente eléctrico-, que parecen tejerse al ritmo del mismísimo cielo. Pienso en todos ellos: listos para venir a cobrarse las deudas pendientes: mr.kafe, mr.freudy, mr.fukú, mr.olivetti, mr.mister. Todos rezando al unísono la misma plegaria pasada de moda: padre nuestro, padre nuestro. Así que basta de padres nuestros, señor cura. A veces pienso que estoy por dar la vuelta a la esquina. Tomar el primer bus que pase y encontrarlo por fin. Pero es tan difícil, usted deberá saberlo mejor que yo, míster. Uno, simplemente, toma por asalto el teclado, y escribe. Las teclas, un montón de bichos sonantes, una nube de palabras difuminadas, brillos divinos, vampiros lúcidos y traslúcidos. Pienso en todas las voces y no me venga con cosas: lo mismo da si es usted mr.loquero o mr.párroco. No me importa el método, sólo sáquelos de una sola vez y entierrelos. Aunque si le digo desde ahorita, basta, por piedad, basta por favor, de padres nuestros, mister father: nosotros nacimos huérfanos de ruidos, y bastardos de rezos.

prólogo o epílogo

el lector se encontrará en este blog toda una serie de fallas estructurales y gramaticales; de forma y contenido, de orden y cronología. el autor, en un intento muy frustrado de hacerse pasar por novedoso o chiflado, se ha visto acosado constantemente por seres imaginarios que se colgaron alevosamente entre cada una de sus neuronas, como jumanjis en plena selva, como fukús de barcos que llegaran naúfragos en tazas gigantescas de café.