Dos párrafos para McCallister

Ese día cayó un cometa. Pero todo parecía indicar lo contrario, si es que hay algo en este mundo o cualquier otro, que sea lo contrario de que caiga un cometa. La luz del día (un día hermoso) atravesaba la ventana y chocaba contra el tarrón de cereal de la cocina. La señora y el señor McCallister, estaban de mal humor la mayoría del tiempo, sí señor. Gruñían. Si en aquél momento se hubieran dado cuenta lo del cometa, ambos hubieran gruñido como un par de ogros con mala cara y no les hubiera importanto en lo más mínimo. 
La señora McCallister era subdirectora de un colegio de educación primaria. Era rechoncha y colorada, a pesar que de alguna lejana manera recordaba a un lechón feliz, su caracter era el de un jabalí salvaje. El señor McCallister hacia algo en una oficina, no se sabia muy bien qué, pero tenía que ver con números que se sumaban y restaban todo el día.
Quizá lo contrario a que cayera un cometa, seria que uno saliera disparado de la tierra hacia el espacio exterior. ¿Es correcto?