El Gato levantó la mirada por encima del hombro. Chupó el cigarro. Pensó en que la vida debía de ser un vórtice color negro recorriendo al universo y llenándolo de algo parecido al miedo, el amor o la alegría. No podía creer que luego de haber existido todos esos años, fuera a morir. Cantro le dice a Jarmine:
Hay muchos de los destinos que ya fueron echados. El Gato maldice al Piano, a la Ventana y sobre todo a la Sensación. Luciérnagas flotantes llenan el espacio. Respiraciones muy profundas. Orgasmos entrecortados. La simiente derramándose en la negrura de la noche.