el drama del punto final: adiós a las parrandas

dejé de ir a bares cuando me dijeron que no podía beber alcohol. y aún así, bajo cierta luminiscencia y el candor de algunas sobredosis decidí tomar el riesgo. luego, decidí también dejar de fumar, cuando me dijeron que no podía tampoco fumar (ni tabaco, ni ninguna otra mierda estrafagosa...¿cómo es que le dicen?..."psicotrópica?) entonces, algunas veces iba a fiestas todavía. decidí dejar de ir cuando me prohibieron la coca-cola. dejé de ver a mis amigos, cuando redujeron mi jornada nocturna y tuve que dormir más de siete horas por noche. entonces, empecé a ir los cafés durante las mañanas y tardes de domingo; luego me prohibieron también y el café y decidí que no podía ir a ninguno de todos estos lugares sin hacer nada de eso ¿a un bar sin alcohol? ¿una fiesta sin coca-cola? ¿una reunión sin desvelada ni tabaco? ¿un café sin café? creo que fue entonces es cuando me convertí en una especie de zombi: olvidé todo el coraje de vivir y el odio que sentía por la vida y lo llene con el aire de las horas vacías que se sucedían unas tras otras. entonces muchas otras cosas perdieron sentido, mi amor, cuando dejamos de ser "nosotros", supongo.