3.9.13

La Epilepsia: el retorno de las neuronas electrocutadas


Vivo conectado a una gran corriente eléctrica con mal carácter. Un árbol -en donde viven todos esos pájaros que hablan idioma vikingo y griego- con ramas fosforescentes. Lo malo de vivir al filo del voltaje, es que nunca se sabe cuándo vendrá la siguiente sobrecarga. Puede ser mientras manejas. O mientras duermes. O mientras caminas. O mientras trabajas. En tu próxima entrevista. En tu próxima clase. Con tu primer paciente. O pudiera ser el último. ¿Cómo se llama ese azar vertiginoso propio de los emperadores romanos, que a pendiente de caprichoso se jugaban una vida por otra?

Veo pájaros azules, un cielo amarillo de plastilina. Mucha ansiedad en las manos. Pero al final de todo volvió esa chispa -una mitad de tus muslos: estrellas y galaxias resbalando por una gota de semen (en la última tumba del cementerio más lejano)- que me hace escribir.

Pensándolo bien, creo que empecé a escribir en este blog cuando supe que tenía muchos voltios por neuronas.

prólogo o epílogo

el lector se encontrará en este blog toda una serie de fallas estructurales y gramaticales; de forma y contenido, de orden y cronología. el autor, en un intento muy frustrado de hacerse pasar por novedoso o chiflado, se ha visto acosado constantemente por seres imaginarios que se colgaron alevosamente entre cada una de sus neuronas, como jumanjis en plena selva, como fukús de barcos que llegaran naúfragos en tazas gigantescas de café.