29.4.15

We are not angels

Somos más bien, ahijados predilectos de todos los monstros que nos acompañan. Mi mamá está loca. Lo supe desde que aprendí a ver esa mirada extraviada en otros mundos. Son las dos de la mañana del parque central, en donde el ruido sigiloso y cargado de nubes oscuras inunda las bancas y los árboles. Hay un color verde y negro por todos lados. Cuarentaicinco bancas se extienden por todo lo ancho y largo del parque. La verdad es que no podemos ignorar las veces (¿o los ámbitos?) que nos rebasan. Nos acompañaran siempre y ¿no es así, cómo el naufrago llegado a tierra extrañará siempre las olas amenazantes del mar que le señalaban día a día la muerte azul, extendida y agazapada por todo el océano?

Mis miedos, son primos hermanos de los tuyos, mamá. Aumentados, corregidos, nítidos. Y por sobre todas las cosas, doblemente astutos. Somos una fábrica de asesinos seriales en potencia. Quiero matar. Extender cada uno de sus músculos por todo lo ancho de la banqueta y componer alguna marcha fúnebre en la marimba con cada uno de sus fémures. Mentiría si dijera que soy fan de la sangre o de los músculos, si siempre lo mío han sido los huesos. Queremos morder. Joder. Reproducirnos lo antes posible.


Mi mamá está loca y lo sabemos y no hay nada que podamos hacer. 

prólogo o epílogo

el lector se encontrará en este blog toda una serie de fallas estructurales y gramaticales; de forma y contenido, de orden y cronología. el autor, en un intento muy frustrado de hacerse pasar por novedoso o chiflado, se ha visto acosado constantemente por seres imaginarios que se colgaron alevosamente entre cada una de sus neuronas, como jumanjis en plena selva, como fukús de barcos que llegaran naúfragos en tazas gigantescas de café.