20.7.17

Mucha televisión, Señor Café

Perdió la razón. Enloqueció como un foco malvado y pervserso que se acabará de prender en su mente. Algo, sencillamente, le brotaba del coco. Estaba obsesionado con el orden de las casas y los animales que representaban a cada una; con los nombres de los integrantes de cada legión, con las armas y los cuentos y con cada simple y llano detalle. Tenía el cabello corto y la barba pelirroja y acabo por tener largas las dos cosas. Nadie noto muy bien cuando se volvió loco o si fue algo que iba en aumento como una especie de semilla malsana que creciera dentro de su cabeza: había algo de tóxico y mortal en esa ponzoña de nubes y nieblas con que se le llenaba el pensamiento. Las carnes, flacas, los ojos, en órbita, la garganta ávida de hablar locuras,

prólogo o epílogo

el lector se encontrará en este blog toda una serie de fallas estructurales y gramaticales; de forma y contenido, de orden y cronología. el autor, en un intento muy frustrado de hacerse pasar por novedoso o chiflado, se ha visto acosado constantemente por seres imaginarios que se colgaron alevosamente entre cada una de sus neuronas, como jumanjis en plena selva, como fukús de barcos que llegaran naúfragos en tazas gigantescas de café.