hace dos luces que no alcanzo a percibir los relojes. ni siquiera las manecillas o las mayúsculas de las letras. terminan siempre por escaparse, por hacerse un lado. uno se acostumbra fácil a qué los zombies de los malos sueños no le muerdan los sueños. y ahora.
prólogo o epílogo
el lector se encontrará en este blog toda una serie de fallas estructurales y gramaticales; de forma y contenido, de orden y cronología. el autor, en un intento muy frustrado de hacerse pasar por novedoso o chiflado, se ha visto acosado constantemente por seres imaginarios que se colgaron alevosamente entre cada una de sus neuronas, como jumanjis en plena selva, como fukús de barcos que llegaran naúfragos en tazas gigantescas de café.