Esa existencia paralela a la de él, le iba calando poco a poco, construyéndole un dolor que no podia localizar en ninguna parte del cuerpo.
Eran pasos gastados, suspiros llanos, respiraciones cansadas y
alientos taciturnos. Era una molestia como en la garganta, como una bola negra. Aquella sensacion era casi un dolor: una voz callada y anhelante de envolver y proteger y de dejar en libertad. Así, con el paso de los dias (minutos, años, meses, de esos mismos que se comen viva a la gente) se le fueron presentando una por una, en forma de humos azules en la cabeza, bolas negras en la garganta, estelas verdosas entre las venas, estrellas diafanas en el higado, aires y presencias en el estómago, todas esas alimañas que se les pegan a los seres humanos durante toda una vida.
prólogo o epílogo
el lector se encontrará en este blog toda una serie de fallas estructurales y gramaticales; de forma y contenido, de orden y cronología. el autor, en un intento muy frustrado de hacerse pasar por novedoso o chiflado, se ha visto acosado constantemente por seres imaginarios que se colgaron alevosamente entre cada una de sus neuronas, como jumanjis en plena selva, como fukús de barcos que llegaran naúfragos en tazas gigantescas de café.