Se volcaba todo el exterior en ese momento: lo guacareaba, lo escupia. Nunca pensó que el vómito caliente corriendole por la garganta le provocaria esa sensación. Una completa aceptación de una supuesta suciedad en él que realmente no existia. Y se encontró ahí, como aquél dia, muchos otros; tirado junto al escuzado, con una toalla suave y un cigarro entre los dedos para mitigar el olor. Pensó en las peliculas que había visto en donde pasaban un chingo de cosas bien padres, pinches peliculas me enferman la cabeza, pensaba. Sintió el frió del azulejo del baño en la nuca y prefirió levantarse. Después de todo y por sobre lo que dijieran, él, asi estaba bien. No tengo pedo alguno pendejos. Además me vale verga. Era de los que algunas cosas le valian realmente madres. Pero no aquella del vómito. No aquella. Un torrente de pasado, presente y lo que pudiera ser el futuro mezclado con ácidos estomacales, desmadrandole la faringe de esa forma, no podía "valerle verga". Tampoco creía en los fantasmas, pero recordó una frase bien chila que había visto en una pelicula: "..pero ellos si creen en ti". Újule, ellos si creen en mi, le dijo al espejo, fijate cabron, se repetía a sí mismo, pos cuando vea uno, lo lleno de guacara al hijo de la chingada...

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