la dedicatoria más bonita del mundo

Ha caído en un agujero azul flamígero lleno de botones blancos que parecen algodón algunas veces y las otras terciopelo. El cielo es, un gran manto de fuego celeste que se enciende a sí mismo en una configuración extraña. Ha caído en la mira y ha vuelto desde la vuelta de la hoja, como libro viejo y re-sacado del cajón, encontrandose que la música ha ensordecido todo sonido: "Sonidos al borde del silencio", suspiros desgarrados.

Porque si se va, como había hecho una vez, otras voces, otros ámbitos, voces perdidas y nubladas arañan sus sueños.

Por eso se ha quedado en una caída ilimitada que reviente en una espiral de acordes ilimitados, esperando el riflazo del sniper. El sniper de desérticos brazos y ojos vacios y huecos como de casa abandonada en medio de la ciénaga. Ha caído en el agujero de la flama azul y no queda nada mas que esperar ser acribillado, y que la Aka sea precisa y reviente el corazón, porque las nubes se meten en la sangre y duelen las venas y los recuerdos.