Tijuanas, el mundo no basta

 1. El mundo no basta.  
 
      El mundo no basta, siento que se atasca el gatillo justo en el momento que parpadeo y siento una gota de sudor bajando, casi bailando, casi como chingando justo hacia el ojo, entonces lo cierro y vuelvo a comprobar que el gatillo esta engarrotado, en fin que ni quería disparar ni salvar mi vida, todo esto es una enorme perdida de tiempo.  
     Veo que mi blanco se da cuenta y se abalanza como toro desbocado sobre mí, yo me quedo congelado igual que el gatillo cuando me dan dos segundos en lo que empiezo a correr desesperado, bueno ni tan desesperado porque veo con tristeza que no traigo los tenis ligeros, esos azules con naranja fosforescente y en lugar traigo estas ridículas botas vaqueras que me había puesto para el bar. Y ninguno de los dos grita y vamos corriendo en silencio como perros tras de gatos, solo escuchan los resoplidos bruscos de la carrera, ya hasta parece maratón oficial estilo olímpico:  hasta empezamos cada quien como que a agarrarle el ritmo al jaloneo: a inhalar por la nariz y soplarle por la boca, se hace el silencio y sabemos que el que llegue primero gana, a donde, quien sabe pero gana.  
      Ninguno trae pistola, o al menos pistola que funcione, habrase visto que dos macanas se quedaran atascadas el mismo día a la misma fecha, al mismo momento en el mismo duelo, será el clima, o será más bien que estoy mintiendo porque yo le arrebate la pistola, pero era la única y atascada.  
       Se escuchan voces de por allá y de por acá, azules y amarillas y rojas y naranjas, se escuchan ladridos de perros y sirenas de patrullas, pinches polis, ahora si aparecen que es cuando menos se les necesita, al cabo no me importa que me agarren, porque el mundo nunca ha sido suficiente. Oigo que quien me persigue se empieza a desbocar como tren intoxicado y a dar pasos desperdigados como animal asustado, parece alma en pena, sé que yo gane el maratón: justo en el momento cuando la pistola cobra vida y empieza a disparar a todos lados y en una de esas le pega un tiro justo en la garganta y otro en el pecho y la rodilla, que tristeza que no era una de esas mágnum calibre tres gigabytes, parecería vaquero del oeste con ínfulas de ranchero galáctico.  Pienso luego, que,  los calibres no se miden en gigabytes, que me lo estoy imaginado, porque entonces si seria el colmo del asunto, con botas y una de esas mágnum de cañón de tres pulgadas de largo.  
      Es la primera vez que le meto plomo en la sangre a un pelado,  fue por accidente y dos cochinas casualidades,  la bala atravesó solo mi chamarra y fue a pegarle de rebote al maratonista que quedó en segundo lugar, pienso con culpa que si esto fuera oficial me quitaban la medalla, al cabo siempre me ha gustado más la plata.  
     Me duelen los pies de traer las botas, me imagino yo cantando una ranchera o una country,  bailando con todo y pistolón.  Así fue como se descubrió que yo no era soplón ni espía de nadie, pero ya metido en el bailongo no esta permitido renunciar, nomas me falto la música y una guitarra y acordeón, pa´ sentirme como integrante de conjunto musical. Ya ven lo que dicen en Tijuana: cuando un narcocorrido empieza, no queda más que agarrarle el ritmo a la bailada, y cuidarse de no ser uno el que resulte muerto al final de canción.  
 
 
 2. Welcome to Tijuana
 
    Llicencia para matar me imagino que traigo adentro de la chamarra de cuero que llevo encima. Así como para sacarla en las películas de detectives y donde todo el mundo se queda cabra. Traigo sangre salpicada entre la manos y veo que las botas están llenas de lodo y hierbas, también tengo hambre y nervios y me duele como si me hubieran dado un martillazo en la nuca. Le quiero gritar al mundo que Tijuana es un mounstro alevoso y ventajoso: como esos alumnos tramposos que nunca aceptan razones, pero exigen una combinación de valentía y bastante estupidez.  
    Lo que recuerdo de anoche es humo, man. Yo en la barra del bar pensando: nunca nada es suficiente man: Tsssss, el sonido de la bebida. La sangre como tornillo loco, drogado y redbuléado. Y yo en la menta: órale, la pistola la pistola la pistola.  Después de ahí, borrón total. Todo blanco. Todo reset.  
    Cruzo la calle pensando en que me si me salvo de esta, olvidaría de toda esa cosa loca, de aspirar mariguana y de la música narcofunk, del papelazo debajo de la lengua, de amanecerla en raves interminables, de los brownis con efectos alucinógenos. Andaba como arrastrando noches con estrellas y no podía dejar de pensar en el felón que me cargué: era mi debut como matón, ni modo de no acordarme.  
    Había caminado a paso rápido, a paso medio corriendo, algunas patrullas me habían pasado de largo, veía el alba revuelta, como un zangoloteo bien amanecido. La calle ya más nítida con el tono mañanero que tienen algunas mañanas de domingo de futbol, o de domingo de ir a misa y ver futbol.  
       Veo que de la calle de enfrente me están viendo dos vatos con cara de bulldog, justo cuando el semáforo prende a rojo, y lo entiendo y justo igualito que el semáforo me prendo yo también a rojo y corro y corro y corro y no se ni adonde pero ya parezco corredor olímpico. Me agacho para que no me vean y me resguardo a la par de la benemérita ruta de transporte urbano, pienso que de ahora en adelante voy a cargar con los tennis y recuerdo con tristeza que la ropa deportiva sale cara, tendré que correr con lo que traigo, en fin que ni queria traer ropa de marca, la vida no vale nada, no vale nada la vida.  
     Creo que por eso me cayó bien el cristiano que maté, mucho escapulario que traía y la bala le entro por el pulmón y la otra directito en el esófago, ni para que cargar con un rosario, si ya comprobé que no detienen balas como dicen en la tele. Yo llegando bien pilas al puesto de revistas y que veo la pagina roja que ya hasta salió el titular, uno mas muerto, el homicida se larga, cae capo del cartel del Chapo.  
    En ese momento no pienso nada, porque el cielo es como un ojo azul gigantesco, cuando el del puesto de periódicos grita, heraldo, diario, extra, extra y me veo los pantalones que siguen manchados de café y lodo y sangre y frío.  Capo del Cartel del Chapo. Capo. Capo del Cartel del Chapo.  
    Como iba yo a saberlo, si ya no me querías, como iba yo a saberlo. Si fue la pistola la que mató al toro que la noche anterior iba tras de mi. Y cómo iba a saber que era un Capo y uno importante como para salir en la nota roja y en los titulares. Me doy cuenta que estoy metido hasta las trancas en el avión y quemado llego corriendo a mi casa. Agarro todas las cosas porque se que habrá que correr de hoy en delante, como plena película de tarantino, como si supiera, si apenas vi killbill, cuando me decido a largarme a cualquier lugar, mientras el blackout de la noche del bar me abraza como araña extraterrestre por la nuca y yo sigo sin saber que fue lo que pasó antes de empezar a correr.
        Lo único que ahora sé es que tengo que huir, y esconderme y correr y volver a esconderme y así sucesivamente, hasta que me acuerde de todo. Estoy en mi casa malabareando mis cosas en una maleta color verde militar cuando veo la RAM en pleno rechinar de llantas y se bajan dos tipos con cuernos de chivo, o yo no se si serán cuernos de chivos, pero la cosa es que se bajan apurados y yo que nunca había visto esas ametralladoras, pura finta de pistoleros mexicanos, lente oscuro, barriga grande: narco killer seguro.   
     Me siento como delincuente sorprendido en delito flagrante, como en pleno videojuego de shoters: y los veo justo cuando se me resbala un bloque de coca que estaba echando a la maleta. Pero no loco, te digo que la onda esta muy mal, la cabeza me retumba por el viaje de anoche con tanta marijuana en la sangre, pienso que ahora si traigo los tenis de correr y hecho a correr por la baranda cuando dicen güero, tijuanitas, pérate cabrón. Se oyen cristalazos y de un madrazo entran a la casa. Yo con la adrenalina que me bota por los ojos y me hace saltar le vena de la frente. Lo unico que entiendo es que estoy metido en algo denso, algo de lo cabrón, marca ya te chingaron los narcos, y se vuelve a oír, güero no seas puto, si no te paras te vamos a matar.  
        Pero yo no alcanzo a escuchar eso porque ya estoy en el patio de la vecina, de la vecinita que tengo antojo, pero ahorita no tengo cabeza para nada, ni antojo de la vecinita.  Me acuerdo que no eche el emepetrés en la mochila y que ando cargando con un desodorante que estaba punto de empacar también,
    Pongo en mi mente una mixtura de canción entre misión imposible y cerocerosiete. Ya musicalizado me pregunto que pasaría si decido cargarme a los pelados estos que andan tras de mí, por el otro lado no puedo salir porque el rescoldo de salida esta bloqueado por una colección estatuas y una miscelánea de objetos que harían gala en una museo modernista. Me recuesto en el techo y el fucking Benjamín me esta volteando a ver desde abajo y hace esa mueca de que quiere ladrarme para seguir jugando, y yo como le digo que esto no es juego es mas bien misión suicida, pero yo traigo la canción hollywoodense en la cabeza y me la estoy creyendo de ninja y kamikaze, así que saco de la mochila una hamburguesa que empaque para el camino y se la tiro al perro en la cabeza.  
     Entonces todo paso muy rápido vato, te dijera dos tres segundos y yo con puntería de sniper profesional apuntándole al hocico a los malosos, que se asoman por la ventana y zúmbale, a chingar su madre.  Se le desparramaba la quijada como espuma y yo recostado man, con la fusca bailoteándome entre las manos, entonces pienso que la música ya se escucha de a de veras y pienso que se me ha de haber botado la canica, pero no loco, no se me botó nada porque el vecinito prendió el stereo a todo lo que da y entonces veo que me desmadré a los dos tipos como película de acción.              
      Creo que necesito un cigarro, o vomitar o algo que me lleve a otra dimensión, a una dimensión fuera de los narco-sicarios, pienso con culpa en mi México lindo y querido, si muero lejos de ti, y mejor creo que no quiero la maquina para cambiar de dimensión: hay balas en el aire, balas en el aire, balas en al aire. Balas en el aire.  
 
 
 3.  Como cookies and cream.  
 
     Me di cuenta que los mandan por parejas, como los Duques de Hazaard o Los Hombres de Negro, o los polis que se ven en las películas. Yo andaba caminando por las vias rumbo a La Coyotera, porque apenas le dije al Tony de lo que paso, no me quiso creer, y yo loco neta, neta, re neta. Le digo que si que hongo, que pasara quebrada, y que por mi madrecita linda, pero él nomas no me creía lo de que el revolver se disparó solo y vino a pegarle al junior aquel que terminé matando al final del maratón.  
        Y yo no loco es neta camioneta flaco. El Tony suspira por el teléfono, como incrédulo, como si le dijera que me había topado con una araña ninja voladora. Le digo que no me acuerdo. Estábamos en el bar, yo traía las botas y yo traía todo el surrealismo en la bebida, alucinaba que mil barcos piratas se habían metido  justo dentro del Whiskey que me estaba tomando. De lo demás no me acuerdo nada, me dio una amnesia  tamaño del world wide web.  
    De verás que me dio un borrón de casete perro, le digo al Tony, pero sigue sin creerme. Le digo que se me formateo el disco duro con la loquera mas grande de mi vida, era como un virus de computadora de esos bien trojanos y bien perrones. Y le explico: yo me despierto del blackout pensando que el mundo no bastaba y con un fulano tipo toro detrás de mí y una fusca endiablada que mata sola, y le digo, loco viejo: nomás me acuerdo que me desperté pensando en que el mundo no basta y cuando el gatillo de la fusca se trabo.
     Y voy llegando a su casa, prendo la tele y veo que están los chotas en las noticias de la nota roja: con la prensa, y los reporteros vueltos unas fieras, aunque la verdad es que ni tanto, pienso que solo son mas números rojos agregados al mes correspondiente en curso, en eso están ellos tirándole fotos a la crime scene, mientras yo le doy unos zooms a la chica del clima, cuando el Tony sale con la idea de ponernos a fumar para festejar, y yo, Flaco no mames, pero no me dice dos veces cuando ya estoy como maquinita, como trenecito de vapor, fumando hierba de la buena: porque ya soy noticia nacional, dicen que ando matando narcos, que ya llevo tres, pero yo los únicos tres que llevo son estos pitillos que me paso el Tony que me dijo que era de la buena, de la de guerreo y hasta con chispitas rojas.  
      A mi se me ponen los ojos como cookies and cream mientras veo que el cuarto de mi hermana quedo todo manchado de sangre de los narcos que maté y hasta un diente cayo arriba del peinador, pero no es cierto, porque nada mas lo veo en mente y espíritu porque en la tele nada mas pasan la zona acordonada con los letreritos de zona restringida, y no se ve nada mas que la fachada de mi chanton, con los de la farola entrando y saliendo por la puerta.  
      De mi hermana y mi mama no se, porque dicen que las autoridades correspondientes las tienen en la dependencia correspondiente para que declaren la declaración correspondiente, pienso con enojo fingido que son unos cabrones, mientras nada mas agarro el siguiente carrete con la correspondiente hierba buena y le doy el ultimo jalón de todos maestro, el ultimo jalón y a falta de pipa manzanita.  
       Cuando en estos avatares de humo y en los otros, dicen en la tele que soy el presunto responsable de los asesinatos, mientras yo ando viendo elefantes tricolores, y pienso en el trí de mi corazón que ya no le gana ni un partido a la USA, y recuerdo también la noche en el bar tres gallos, con la gata bailoteándome por un lado y el tender, el Gorila, husmeando por el otro, y los gringuitos que iban disque a mexicanizarse en el party, buenos tipos los güeros: puro turista que le falta barrio.  
       Entonces comprendo que tengo que seguir corriendo, porque estos cabrones de la poli ya han de estar dando de tumbos investigando quien soy, a quienes conozco, que color de calzones traigo y lo peor de todo, si me gustan las espinacas, o el hígado encebollado, si prefiero las enchiladas rojas, o las verdes, o las cafés, y empiezo a ver enchiladas del tamaño del cuarto, y luego mas grandes del tamaño del mundo,  me doy cuenta que ya me perdí en la loquera otra vez cuando algo en el fondo me dice que tengo que seguir corriendo.  
        Le digo a Tony que me largo, sin quitarle la vista a la tele, mientras le hago un último zoom al escote de la conductora, pero él anda recibiendo gente, quesque fumadores de hachís, ni que fuéramos árabes o marroquíes, yo bien relax me levanto como si fuera a ir a los scouts, le doy un repasón al inventario del cuarto y un José Cuervo engalana la cómoda de la computadora, que de cómoda no ha de tener nada a juzgar por lo jodido de la madera, y lastima de botella de tequila porque hace mucho ruido para echarla en la mochila. Lo que yo no sé es que era raza de cuidado: los de hachís eran como gatos de calle, de esos que dan miedo y te ven de refilón. Que vienen en paz, decia Tony, y que vienen solos, cuando se asoma medio pálido por la ventana, y ve que viene gente de Mendoza y polis de los malos y le digo que ya le cayó cagada al agua, que en una nada y me conocen.  Me salgo por la puerta de atrás, una de esas de mosquitero y de tablitas, cuando alcanzó a escuchar que dicen que ya le metieron bala a no se quien y a no se cuantos, que les dicen, o nos dicen donde esta el pinche güerito o les va a tocar a ellos la matraca.  
     Algo en mi cabeza se desconectó, ahí lo supe, al mero unplugged style, era como no entender porque el tigre se había roto y no tenía manera de volver a ser el mismo, aunque lo pegaran con cola loca, o con silicón, algo estaba roto en él, y de alguna manera me hizo sentir este nosotros, como un tigre de cerámica roto. Pero ya me estaba trepando a la cabeza otra vez el humo, cuando se oyen otra vez los disparos. Y yo, déjate de cosas man, deja la cosa loca de la filosofía.  
      Me trepo el tejado otra vez, ya me siento spider man, me arrincono junto al aire acondicionado, y siento mojado el costado izquierdo y un poco la espalda, aire acondicionado chorrea agua y me moja el pantalón mientras pienso en porque se le llama así a las pajas que llevan adentro los aires acondicionados, tienen nombre de periódico o de terminator.  
       Tengo vista VIP a la matanza, ojala trajera palomitas en la maleta, pero no, no traigo y además con estos nervios y estas nauseas me siento como que vomito. Alcanzo a escuchar el ruido de la tele, todavía siguen que si el presunto homicida soy y, que si es spiderman, entonces siento frio y ganas encabronadas de reírme a carcajadas de todo aquello. Tenia la mirada mal vato, una mirada como de pirata hambreado, o de pirata estreñido,yo sin poder verme pero sí imaginándome como me veía: agazapado en el techo de una casa, con las nauseas al borde del border, la adrenalina trepada, fue por ese rato que me empezó a bailar la pistola otra vez entre las manos. Nunca había visto que tuvieran adornos, ni perlas, ni que fueran peines, no se ni cuantas balas le quedan, ni como contarlas que remedio, pero tiene una como perla verde que parece una esmeralda, o será un jade o esmeralda,  mientras abajo andan matones bien duro que se están interrogando a la banda del Tony.  Y miro por encima de los barandales, entre el porche y los nafis se están yendo con advertencia de regresar a registrar la casa ,  yo me voy yendo también por aquello del come back to registration,  veo mis zapatos y les guacareó  encima,  no supe ni en que momento me venció el jugo gástrico, bien loco, vomite así como sin voluntad, me puede no por el olor sino por el color, que ese vomito verde azul no es normal me digo, afuera nada a cambiado y yo sigo siendo el presunto mata narcos, y me bajo del techo y me les desaparezco, con este halo de misterio me vuelvo a enchufar la música a los oidos, que no será tan peligroso ir a la cantina a pedir un algo doble, con algo fuerte para que me asiente la barriga.
   
4.  Combo de Cantina y Motel-Cabaret.  
 
      Voy caminado, astroso y con lente oscuro, cuando cruzo la calle y voy llamando a casa para ver si está mi mamá, es bien madrugada man, ya hasta traigo el ánimo amanecido con tanta emoción subiéndome loco, y tanta guácara bajándome, parezco ascensor descompuesto, y me dice, que onda idiota, tienes semanas sin venir, porque no es mi mama es mi hermana, porque me acuerdo que mi mamá ya se murió hace varios años, toda una lástima porque era buena madre, aunque a veces se drogaba y se iba en las noches, nunca supimos a donde. Le digo que estoy vivo y que no loca, que ni si imagina que le encargo a la familia, y a mi esposa y a mis hijas y que ya tengo que colgar y cuelgo, porque siempre había querido decir eso, así como en las películas. Pero no tengo esposa ni hijas, y ella suspiró no se si de coraje o desesperación.  
     Me meto a la cantina y a mi se me meten unas ganas de unos polvos pa que me levanten el ánimo.  Empiezo a enumerar cosas, no he tenido tiempo para la introspección en estas horas, pienso como haciendo un examen de conciencia, mientras la rocola del bar toca los invasores, que han pasado demasiadas cosas en demasiado poco tiempo, no debería seguir fumando mierdas, debería, en cambio, mantenerme sobrio y alerta, pero las cosas siguen siendo todas una gran perdida de tiempo. Así que le pido un whiskey a la mesera, se llama Cindy y me olvido por un rato de misterio enigma del futuro, mientras el vaivén de la rocola me arrastra hasta la inconsciencia momentánea. Es el Reforma, y veo a las personajes de la barra, están como para tomarles una foto, o como para presentarlos como jueces de concurso: Con ustedes, el honorable secretario de los insurrectos zapatistas, Don Juanito Pedote, en compañía de su honorable esposa, Doña Cabaretera Juana Pedota, aplausos, y veo al siguiente personaje de la barra: Además, nos acompaña el mismísimo Licenciado Bodoque, alias el Patas Guzmán, engalanado con sus botas de piel de pterodáctilo, en amable y distinguida compañía de su señora y muy gata esposa, Doña Lonjas Corriente. Pura raza man, ralea de la buena, puro chero de a bota picuda, y puro rastafari de a boina jamaiquina. Esta bien postmoderno esta onda, pienso que ha de ser mentira todo, una gran alucinación, intento desganado negar todo, me digo, no es cierto cocoman, no es cierto que mataste a nadie, ni a los otros dos, ni que mataron a raza del Flaco, del Tony, ni nada es cierto, ni esta taberna de gente bien acá man, andan en el ondón, cuando veo al Presidente de la Barra de Jueces: El honorable, Gorila Patas Miadas Rivera:  el máximo bandolero, prieto, neta parece gorila man, parece un changote, medio barba, pantalón ajustado, hebilla del tamaño de un calendario azteca. Quiero despertar man, dejar ese vaso en su lugar, y escaparme, pero la rocola alterna música chera y rock en español, una de lo tigres por una de maldita vecindad, una de tucanes por otra de los cafres, una de invasores por una de caifanes, invasores por héroes del silencio, as de la sierra por bob marley. Es como un círculo interminable, me convenzo que estoy en una película de Almodóvar, mientras yo también alterno, cerveza y whiskey, según el baile de la pianola. Pienso por último antes de sumergirme en los dulces brazos del blackout,  en que necesito buscar donde esconderme, algún refugio, algo, pero el grupo exterminador termina de exterminarme en una mesa, haz de cuenta como jaque mate loco y sin derecho a fianza.  
Siento una mano en el hombro, una vibración, un ruido, un soplido, pero no es cierto no es nada de eso, es que alguien me esta zarandeando, les digo, pérate carnal, aguanta broder deja me aliviano, veo que es Gorila Patas Miadas, que funge como guardia de seguridad, o saca borrachos, para el caso es la misma.  Me despierto como en medio de un temblor, me tiembla todo, cuando las imágenes me empiezan a rebotar como canicas, como figuritas de casino, una tras otra,  como tragamonedas, y entonces me acuerdo que de con Tony me vine al centro, a esconderme en la cantina y con ese pretexto me puse guapo y copetón, serán como las cuatro, lástima que no haya películas o series en la televisión, al cabo que siempre he preferido los info-merciales nocturnos que el cine de arte.  
Me dice la mesera que me largue, que ya cerraron, entonces siento de trancazo el frío de la noche en la nariz, a juzgar por sus finta de primate, juraría que es la Changa del Gorila. Podría dormir en la calle y hacerle compañía a la loca de la esquina, pero me decido por el motel de la cuadra de atrás, con todo y luces neón, hasta parece cabaret.  Entro bien cremas al cabaret y le pido un cuarto, y se me queda viendo y me ve raro, y le digo que once, me dice, y tu, y le digo, yo que, a que vienes solo, le digo que a dormir, le invento una historia de vaqueros y me dice que esta bueno, que si no me molestan los gritos de los otros cuartos me puedo quedar.  
Caigo como piedra man, subo las escaleras y voy pasando puertas, en algunas puro traqueteo, en otras grito bañado, parece de esas escenas de que habrá detrás de la puerta. Traigo el pistolón, hasta parece que esta imantado nomás no lo suelto y no me suelta, veo con orgullo que aún conservo mis pertenencias, mochila, cartera, pistolón, que pena que la lata se cayera, si no estaría madrugando con frijoles.  
Camino por el pasillo y me meto a mi cuarto, cuando veo que alguien me esta siguiendo, es el dueño del cabaret-motel, no se si correr o llorar, pero me doy por vencido, si se ha de pelar que se vaya remojando. Me volteo y me empieza a latir el corazón, a lo mejor me reconoció si pusieron fotos mías en la tele, pero no, me dice, oye esa chapa esta muy mala, a ver si puedes abrirla. El azúcar man, me van a matar estos trancazos de adrenalina, y le digo que si, que si pude, y se retira y yo también, cuando veo la cama y es lo último que recuerdo entonces.
 
 5. Así pasaron muchas, muchas, muchas horas.  
 
    Y así pasaron varios días, del craving al blackout, y yo viendo en el periódico que se busca presunto matón de narcos, hasta apodo tengo, que si el güero matanarcos, que si el martillo, que si esto que si lo otro, y en eso no pienso en mas apodos porque ya me estoy periqueando con la cois y me esta entrando re que te bien por la neuronas, y el tálamo feliz de la vida, y me sacudo la nariz y digo que onda man.  
     Man, estaba loco man, re loco. La calle infinita: los faroles apuntalando la noche, como picandole al domo negro del cielo. Abro la puerta de madera llena de ruido de trasnochar y trasnochar y trasnochar, y pienso orale man. Típico edificio abandonado textil que lo convirtieron en bar de mala muerte. Agarro trip, me subo el cohete carnal. Re pilas, las luces limpísimas y blancas; pero no, no es cierto las luces no son blancas...no hay luces. La mesera no me guiña el ojo por entre las botellas. Hay gente entrando loco, gente saliendo, loco para morirte.  
     Es un cantón oscuro, envenenado de música con el aire sofocado. Humo de cigarro y en las paredes hay cuadros surrealistas; surrealismo el pisto que traigo en el estómago. El guardia de la puerta no me saluda asintiendo con la cabeza. Pero pérate carnal, ubicación geográfica: pasillo, lleno de lamparas locas, de fuegos acá bien orientales. En el centro hay un templete como de tres metros.  
      Ando en otra cantina, mientras pienso que debería definitivamente en dejarme atrapar por los narcos, o por las putas de los narcos, o por los hijos de los narcos, o por quien putas me quiera muerto. Entonces también comprendo que me metí a una película de los hermanos almada, y ando buscando a lola la trailera en la pista de baile, y que si me topo a la minerva y anda bien aracle, parece arañita de popoloy, agarrándose de las paredes, que porque se cruzo mal, y ya estamos en el rincón, pero ni con besuquearme se me quitan las nauseas, al contrario, me vuelvo al baño y las tripas se me vuelven al revés como envoltura de dulce, todo sigue siendo una enorme perdida de tiempo.  
Me acuerdo casi con altanería que el nuevo motel en donde estoy viviendo esta mejor que el anterior, mínimo no parece cabaret, su camita discreta, es casi un hotel,  nadie puede vivir en un motel por más de dos días sin ser descubierto. Prendo otro cigarro y me aseguro que el revolver este todavía en la bolsa, me lo pongo acá en espalda como en las películas. Yo no se si tengo buena puntería pero el caso es que me esta ayudando tanta escena. El que lo lea es puto y me la mama dice la puerta del baño, y apago el cigarro en la punta del glande dibujado, y veo que mal trip viejo, que mal trip de tan semejante veneno, y esta araña anda igual de envenenada que yo. Pero que le hacemos a la ponzoña, hay que dejar que se asiente como agua rebotada. Sigo en el baño, estoy sentado a un lado del escusado, pienso que estoy tocando fondito poco a poco, tengo el pantalón mojado de miados, pero las cosas siguen sin importarme, al menos eso digo.  
Vuelvo con la mina de la minerva,  entonces le digo que vayamos al baño y se arma la machaca, me dice el Gorila que es la morrita del no se quien, y del no se cual, pero ya no le oigo mas porque la morrita me dice que me calle mientras me agarra la entrepierna. Y yo con la cabeza bien chutada de mois y cois,  y yo me siento el rey del camois porque me cargue a los narcos. En eso estamos en el guatengue cuando viene a golpear la puerta del baño el Gorila, y me dice así sin explicación, ya te vieron güerito pendejo, pélate carnal.  
Me entra la paranoia porque me empieza a temblar la fusca en la espalda y eso es que ya llego la hora de zapatearle,  agarro mis cosas y hago fuga de ahí, y digo que buen viejito del alma, que buen trip, y me voy casi marchando, y salgo corriendo, siempre contra la corriente del trafico, como en la novela de la reina del sur, pero feliz y hasta con media sonrisa en la boca, otra vez, a correr con botas en las patas, al cabo que no me importa si me sale juanete o se me revienta un dedo, las cosas siguen sin remedio, siendo una gran perdida de tiempo. Esta vez decido tomármelo con calma, empiezo un auto cuestionario y me digo, quien podría haberte visto cocoman, quien te anda siguiendo, siento como si la ciudad fuera un pulpo gigante con millones de ojos, y todos con lente oscuro, ya ves lo que dicen, lente oscuro, narco seguro.   
Bailar hasta quemarnos y se me van incendiando los pulmones, traigo la música conectada, que bueno que cargue el emepetrés, voy huyendo sin rumbo, no debería tomarme la advertencia del Gorila tan en serio, cuando veo en la esquina otros dos locos y se que vienen hacia mi, y me dicen que barrio tiro que párale a la corrida,  y yo no tiro ni del gatillo porque se atora, mas bien el gatillo me jala el dedo y empiezo a desmadrar gente. Y que ningún barrio, les digo barrio cero y me dicen te va a cargar el chile, y el chile lo traigo en la espalda y me hace cosquillas por disparar otra vez, les digo que tranquilo, que no pague la cuenta en la cantina y vengo huyendo del guarro, y dicen que a ellos no se las hago, que les cuente una de vaqueros, que de quien voy huyendo, les digo que nadie, pos aquí mismo te tronamos hijo de la chingada, me dicen.  
Recuerdo la prepa vato, debería haber ido con el psicólogo cuando era tiempo, a que me sacara el yo por el test, y el test por culo. Así que salgo corriendo man, traigo la pistola en la derecha, y se abalanzan los malandrillos hacía mí, armados con filero en mano, parece siglo dieciséis, con mosquete y falderon, me armó de valor y trato de dispararles así con elegancia y deliberación, pero la pistola no pistolea. No es a mi voluntad entonces, descanso la mente, pero ya estoy corriendo otra vez, porque traigo a los rancholos en los talones, quien sabe si hasta los hayan contratados por la larga mano del narco.  
Cuando viene una patrulla y yo prefiero que los malandros me hagan catecismo por el recto que aguantar a los efectivos de la municipal. Es como si esa pistola me hubiera pegado un virus de esos bien dementes, ya ni las paraditas del centrito. Alcanzo la esquina de la cuadra, me escondo abajo de un carro y me dan rete hartas ganas de fumar, los malandros me andan cazando y los chotas a ellos, parece juego multiplayer, cada quien su chambelán,  vamos en filita india, chotas, malandros y yo. Me siento jugando gotcha pero de la vida real. Y tengo los nervios destrozados, las pierdas con ardor, y los pulmones llenos de humo, y le rezo a tata google a nana youtube, que me amparen en su omnipotencia, en su infinita modernidad, es eso estoy en los rezos cuando veo que los banda se fueron por otra calle,  y los chotas se los apañan man, pero se los apañan mal, madrazo limpio, que órale hijos de la chingada, porque venían corriendo, y ellos a que no carnalito, es que nos venían persiguiendo, y ellos a que ni madre, y les sueltan un catorrazo divino, a mi me cala en cemento en la espalda, y me da el tufo del motor del carro bien cabrón en las chatas. Me quiero levantar pero no hay ni para donde moverse, tengo las piernas exangües, pienso con temor en que a lo mejor me quedo virolo con tanta porquería en ese sube y baja de arrancar corriendo como desesperado.  
Vuelvo a lo de los rezos, cuando me da la impresión que ya no es seguro regresar al motel, lastima porque estaba re chingón. En el nombre de google y de youtube y del cosmos completo del wide world web y el world trade center, porque yo me voy a dormir pensando en que debería de vez en cuando, ir a Hong Kong por cigarros y tardarme una eternidad, agarrar de perdida, un patín mas tranquilo.  
 
 
 6. Yo, en el ring.  
 
    Me están tupiendo duro, de bolea y de palanca, bolados y rectos, mientras la sangre me pone la visión roja, como toro encelado loco man, mientras pienso que no seria tan mala idea morderle la oreja y aventársela a los jueces. Ni escuche cuando decía: Esto va a comenzar, suena la campana y que comience el combate.  
    Calzoncillos blancos, mi nombre el cinturón, escupiendo la guacara, y el cuadrilátero mojado, los guantes ajustados y el olor de la vaselina en el hocico. Derechazo, uper, jab y me bota la cabeza como canica man, como endiablada pelota. La arena estaba de boca en boca, publico lleno, y los apostadores ponen cara de pujido cuando ven que de tanto golpe me van a desarmar pieza por pieza..
    Se escuchan abucheos, gritos desde mi esquina, me dicen que me mueva, pero yo por alguna extraña razón no puedo ni mover las pestañas. O ni tan extraña que después de semejante atorada no puedo ni parpadear loco.  Se ven mantas con mi nombre, o bueno la verdad no alcanzo a ver si con mi nombre o el del negro, pero quiero pensar que dicen Chingalo Cocoman eres el mejor, o mamadas de esas a mi favor todas por supuesto
      Tengo a un negro enfrente que esta apunto de noquearme cuando veo en slow motion que me va a tirar el golpe final, pero el guante se le convirtió en una pesa de mil kilos como la de los circos y entonces se detiene el tiempo y veo que el ring esta dentro de un circo y hay payasos alrededor. Para morirte loco, entonces volteo y veo que el negro sigue moviéndose en cámara lenta, pero ya no es negro, tiene mas bien finta de cirquero bailador, haz de cuenta man, bailando una rosa, y el publico se empieza a reir, a horcajadas vato, y tienen todos cara de payaso, cuando se reactiva el tiempo y el negro vuelve a ser negro y el ring otra vez ring y los payasos ya no son payasos sino apostadores y mafiosos del boxing mafia man. Cosa nostra del consejo mundial.  
           Veo el guante casi en mi cara cuando suena la campana y me despierto sobresaltado o yo diría mas bien sobremadreado: chingazos oníricos man, habráse visto loco. Me despierto de la cama gritando que paren la pelea  
          Entonces me despierto mal, porque están arrancando el carro en que estaba echándome un sueñito y son los dueños de la casa y les grito que se esperan sin darme cuenta que se asustan y me asusto yo también, pero yo creo que él mas porque me vio el pistolón y le digo tranquilo estaba rolado, y me voy otra vez, y le digo no pasa nada mister, usted tranquilito y no le pasa nada. Mal porque me ve la niña que iban a llevar al kínder, y el papá diciéndole, métete a la casa mija, y yo guórale que fuerte, así que me voy tan tranquilo, como si no hubiera vivido una pesadilla, bien salsas me voy caminando y me meto entre los mercados matutinos, como quien dice escondiéndose.  
Tengo una sed de perro y ganas de fumar y de un whiskey, para que se me quite esta cruda, loco me digo estoy deshidratado hasta la arteria mayor, y veo que todo fue verdad porque parecía como un sueño guajiro de prensa local.  Veo las vias y se que ando en la Líber, y la líber es como un animalón dinosaúrico con dos ojos bien matones, que si no mueren matan.  
      Voy hasta chiflando una tonada que ni me acuerdo del titulo de la canción, me da un gusto enorme tener mis cosas conmigo, el emepetrés que no raja leña y la mochila de vago sureño. Me voy a tomar un café y pienso que es mejor idea hablar con mi abuelita carnal, chanzón y haya hecho tortillas de harina, me digo, ánimo chaval, a desayunar, yo creo ya anda levantada, regando los arboles con todo y artritis en las manos. Paso por un depo de la esquina y me replanteo seriamente en dejar de fumar y en cambiar de casa. Con dos muertos en la mia ya me hacen mosco las siestecitas, no vaya ser se levante uno medio muerto y me ponga en mi lugar. Y entonces hago desfile por los contactos que tengo gravados en mi cabeza, a alguien le puedo hablar para que me aguante paro.
Llego con mi abuelita re tranquilo, así como que no pasa nada la cosa, como anuncio de desodorante, todavía me doy el lujo de ponerme un poco, con tanta corrida he de oler a pestes, órale, el olor de la modernidad y el materialismo, le doy la vuelta a la casa, estoy casi seguro que no ha de haber nadie de la familia, siempre ha sido la abuelita no querida de la familia, la apestada.  
Me dice, mijo, mis amoresn, porque mi abue siempre le pone la ene a todas las palabras, es como un tic, como el tic que tengo yo con la mano de derecha. Mijo queridos me dice, ahora poniéndole una ese, que barbaridasn, que bueno que te veosn, condenado donde andabasn. Empieza el interrogatorio mientras me arrastra al baño, me pregunta que si quiero bañarme o dormir y le digo que si, y en menos de nada ya estoy en la regadera, el agua nítida loco, siempre me han gustado las sensaciones de bañarse, es como una purificación, en esas estoy poniéndome filosófico cuando mi abue me grita que esta listo el almuerzo, yo me siento a comer como una araña loca, como una piraña salvaje viejo, y le digo vieja, mientras le pregunto si no han venido a buscarme, pero ella dice que no, que a ella ya nadie le tira un pedo, menos lo revoltosos esos, bola de cabrones, y estalla en risas y yo también. Es como sentirse tranquilo y reírse por poquito después de varios días de vivir en constante fuga, es como vivir expandiéndose, como el universo, y a dale y dale con lo reflexivo, cuando decido mejor soltarle de sopetón a mi abue que fue lo que pasó.  
Pero ella re cool, parece que le estaba contando que me despidieron del trabajo nada más, y ella ni se inmuta, ya tanto año oyendo historias, y se queda callada callada y yo sigo hablando y hablando contándole todo man, se me revive todo, y le cuento que me meto mois y cois y camois, y todo, siento la confianza con ella, agarro la taza de café y me la vacio de un trago, cuando en eso escucho un ruidajazo afuera, en la calle, me levanto a ver quien es pero mi abue me detiene, es una camioneta, acá de las nuevas, me dice no mijo, estos juniors me hacen los mandados, y que abre la puerta y les dice que muevan su trocota de ahí porque acaba de barrer y regar los árboles, que le va a hablar a la grúa, y ellos que no venían por un regaño mas bien por un matón, se quedan helados, y le dicen perdón señora, venimos buscando al Güero Bordón, y ella que si, que es mi nieto que qué negocios traen con él.  
Yo estoy adentro de la casa agazapado, mi abuela armada con la escoba y la taza de café caliente, casi me sonrió y me da risa verla así, envalentonada y embravecida, los negocios que traiga con mi nieto, vaya arréglelos con él, a mi no me ande molestando, y se me quita de mi banqueta, pero se me quita ya, les ordena, y yo órale, pienso que esa es la solución del narco, a los narcos se les llega por la madre o por la abuela, lástima, ojalá fuera senador o diputado para hacer una propuesta formal:  el matriarcado versus el narco.
Pero entonces uno de los tíos, porque son dos, estilo Starsky & Hutch, hasta uno güero y otro moreno, se lleva la mano a la cintura, así como diciendo ándese con cuidado vieja, pero Hutch le hace una cara como diciéndole no mames, y mi abue se pone como una furia, haz de cuenta como cancerbero, hasta le salen tres cabezas del coraje y le dice atrévete cobarde a sacármela, yo tengo mas huevos que ustedes dos juntos, par de cobardes, nada mas que me disparas aquí en el corazón, deshuevado maricón. Y ellos se quedan así sin piso man, haz de cuenta que les movieron el tapete y abajo no había nada, empiezan a salir los vecinos, y Starsky le ordena a Hutch que se suba a la camioneta, le dice, vámonos güey, pa que nos metemos en pedos.  
 
 
7. En la mira de los asesinos.   
 
En la mira de los asesinos, siento que tengo una pierna dormida y veo que estoy solo frente a la portería para anotar gol, tengo al arquero de frente  y me da un calambre tamaño inauguración de los juegos olímpicos, justo en los dedos del pie derecho, ni como darle chanfle.  Me despierto y me doy cuenta en cuatro milisegundos o en cuatro mililitros que estuve soñando nada mas pero la pierna sigue dormida con todo y combo de calambre de pie,  tendrá ipopsia, o nandrolepsia, o nandrolona, o acupuntura, o tarantulina  o esa enfermedad rara que les da a las personas por imbéciles que se quedan dormidas en cualquier lugar y en cualquier momento. No me puedo acordar del nombre exacto de la enfermedad, y en esas estoy revolviéndome en las sabanas, apenas despejándome la cabeza, recordando diría mi abuela, esperando a que se despierte la pierna y a que se me des acalambre el pie.  Así me despertaba mi abue  los tres días que estuve en su casa, mijo, ya recordaste, como si amanecer fuera rebobinar la cinta, y de cierta manera si lo es: mi abuela aunque tirana, no deja de tener razón, es toda una dictadora latinoamericana, el Fidel le viene corto.  
Veo una luz en la cabecera de la cama y algo se prende en mi mente,  se que es hora de seguir corriendo, segundo hit, vamos por las eliminatorias, cuando apenas me acabo de poner las chanclas y ya se que me toca el tercer round.  Es algo instantáneo como sopa de supermercado, o como ver paraditas del centro, no puedo evitarlo últimamente.  Me agarro la cara con las manos, me peino la barba, me doy mi tiempo, algo me lo dice, a lo mejor fue el mal sueño del portero y el gol no anotado.  Me preparo y me encomiendo otra vez a la santísima trinidad: en el nombre de tata google, nana youtube y el santísimo espíritu wikipedia. Que me amparen los techos y el spiderman me incline la balanza de la providencia a mi favor, o de perdida me quite la sed de diablo que tengo y me saque el intersticio de resaca que traigo.  
 Me da tentación fumarme un cigarro y digo porque no, y ya lo estoy prendiendo cuando ya se que me localizaron otra vez, aunque no he salido casi a las calles, esta ciudad es como una bruja con ojos hasta en las axilas.  Alguien me vio, alguien me delató. Empiezo a hacerla de detective, a repasar los últimos acontecimientos mientras me calzo los trazos y me pongo una de las botas, que bueno, al cabo no quería estar escondido ni a merced de los narcos, pienso con sarcasmo, es mejor así, y de todos modos, pase lo que pase, todo sigue siendo una enorme perdida de tiempo.  
 Ahí va otra vez la burra al trigo, y ya les dijeron que tuvieran cuidado con las ventanas porque acaban desquijarados, la luz que vi en la cabecera era del faro de la vecina, mi abuela me consiguió este trasto con una vieja amiga suya. La luz que se ve entrando ahora por la ventana, man es de una Durango, alcanzo a prender el cigarro y empieza la alarma roja a mil por hora, y se me sube la velocidad al cuerpo, veo que me quiero llevar uno de los cuadros de la pared, pero no es el momento, después lo compras cocoman, porque la pistola ya esta haciendo vibraciones extrañas y me habla por bluetoth, claro o la pistola hace vibraciones o no me jambé los antidepresivos con la hora adecuada, o me los ataque de mas y con whiskey y nunca se han caído bien, y estoy en el cuarto esperando, con los nervios de punta, mas bien en huelga.  
Me asomo quedo a la ventana, como diciendo quien pompo, me devuelvo a la mesita de centro y agarro a la pistola, se siente helada y en ese momento odio el aroma del cenicero, parece zopilote a medio podrir, o será como resaca y cruda diferida, así como por capítulos y en episodios, con anuncios y comerciales y toda la cosa.  
Yo estoy preparando para la fight, venga lo que venga, traigo una bota puesta nada más, los trazos y sin lima, se me sube la adrenalina hasta la toxicidad sanguínea, pero le hago el mismo caso que al neurólogo la última vez. El espacio esta como congelado, el tiempo no avanza, se escuchan voces afuera, ruidos de puertas, gente apresurando a otra gente, dicen rápido güey atórale. Yo estoy esperando en cualquier momento las descargas, hasta pose de película pongo, revolver a dos manos y agazapado en la pared. No tengo salida de emergencia,  y no cabría por la ventana del baño, es mejor así, me agarraron conejeado, no será la primera vez.  
Amago con eructar pero es solo un nudo en la garganta, entonces escuchó que se acerca un caballero y pienso en pedirle amablemente un pacto entre los dos, o de lo contrario rogarle, no pedirle, rogarle que platique con mi pistola.  Me siento en la mira de los asesinos, hasta parece que estaban advertidos porque se oye un ventanazo y entonces la veo, nítida y hasta con high resolution, hasta blue ray si tu quieres. Así la veo como trasmutada, como resaltada del fondo, haz de cuenta como terapia Gestalt, te juro se congela el aire, la mente, como si me hubieran hecho un fatality, sin derecho a prorroga ni berrinche: Es una granada de las buenas, de esas color verde mota, en toda su redondez metálica, una granada igual que las bombitas del mario bros.  
 
 
8.  El mañana nunca muere  
 
El mañana nunca muere, que veo la granada: se para el mundo mientras veo que cae justo arriba del colchón por gracia de Hugo Sánchez, el Pichichi de oro, digo de aquí soy, ni para donde correr,  ni quería seguir viviendo completo, que mas da morir despedazo o quedar como espantajo desmembrado.  
Así que me decido en un bit  de segundo a entrarle a la payasada, sin playera y una chancla, creo que me parezco a mi abuelito. Me entran unas agallas quien sabe de donde, ya hasta me siento rambo con todo y labio tullido, fue la decisión más difícil de mi vida hasta el momento, después claro, de escoger el color del emepetrés. La agarro o no la agarro,  que la agarro y que la aviento al baño, canasta de tres puntos a la taza, haz de cuenta como Michael Jordan en sus buenos tiempos, pienso en retrospectiva que me pudo haber explotado entre las manos, como papa caliente, pero no, no me explotó ni como granada ni como papa caliente.  
No quiero dejar la playera ahí donde esta y quiero agarrarla, pero me digo no seas güey güero cocoman, le ando haciendo al duro de matar y tu pensando en la playera, me reprocho duramente, así como conserje de primaria, que ni ha acabado de limpiar el baño, llega un pelotudo a miarle el excusado. Me aviento al otro cuarto con un lance de portero chafa de segunda división, ya me siento octagoncito desde la tercera cuerda.  Nombre, de la explosión ni digo nada man, como una rave pero hasta el infinito, como una fiesta con millones de cuetes artificiales y un millón de porros prendidos al mismo tiempo, como para ponerse un loquerón sin precedente.   
 Ya pasada la rechinga, quiero correr pero que no puedo, se me agarrotan las piernas y además me falta una bota, todo esta irremediablemente, lleno de humo, yo sigo creyendo, con humo o sin humo, con bota o sin bota, que las cosas son una gran perdida de tiempo.  
 Camino para esconderme atrás de la puerta, siempre he querido hacer eso, lo vi en una película, como no traigo un garrote o un martillo para descontarme al primero que se asome, en eso estoy medio corriendo, medio trotando, a paso veloz diría mi profe de educación física de primaria, cuando me pego en el dedo chiquito del pie sin bota con la pata de la cama, neta para gritar quinquis, neta para rajarse y dejar que lo maten a uno, pero nel, mejor me cayo el grito y sigo caminando y alcanzo la puerta y el interruptor que bordea la moldura.  
Estoy atrás de la puerta y pienso otra vez que el mundo no basta, y la última vez que pensé eso el gatillo se atoro, le quito el seguro que estuve inspeccionando horas atrás con mira de pedagogo y re-pienso en que el mañana nunca muere.  
Me sentí en una avioneta, bien arriba y bien chingón, y dije les voy a caer a estos machos como gavilán pollero, o como la migra en el border. Se abre la puerta, le dan el empujón cuando se oye que uno tose cuando pasa, el otro lo chita,  yo permanezco atrás, y se que ahora somos dos en el cuarto y uno que se va a meter apenas. Siento unas nauseas bien locas en el cuello, ojala trajera las dos botas para no morirme con deshonra, sigo pensando que todo esto es innecesario y además una larga perdida de tiempo. Se que los mandaron por parejas otra vez, la gente nunca cambia o será el estilo de la pandilla.  
Me queda a la vista la espalda del narco uno, Starsky que fue el que tosió, en eso me decido: que le doy el portazo, bien cabrón y bien matón al narco numero dos, al chiteador, a Hutch, al mismo tiempo que empiezo a dispararle a Starsky, ciego de ira man, te digo, con los ojos nublados.  Tres jodazos y que se atasca el gatillo con alevosía y ventaja.  No le hace, diría mi apá, le entraron re bonito a los pulmones.   
 El otro, Hutch, se retuerce del madrazo que le di en la jeta con la puerta, lo bueno es que lo deje afuera que lástima no va poder fumarse el humo de la granada como yo y Starsky, aunque a estas alturas Starsky ya más bien parece que no se fuma ni a su abuela. Se que tengo que hacer algo con Hutch: a lo mejor le soné en los compañeros con la chapa, pienso con culpa, ni nietos va a poder hacer.  
Uno menos, nos toco bailar uno pa uno. Pienso en gritarle que si le brinca a la reta, pero en eso veo que estoy sangrando, loco, la sangre bien loca, no se ni por donde ni para donde. Me acuerdo de miles de canciones en ese momento, esta como para quedarse arriba en la loquera, nunca supe porque me pasa, pero en momentos críticos se me activa ese auto mecanismo de defensa musical: la sangre siempre es el detonante: el lóbulo musical y una rocola sin control que pone discos al azar o mixturas de canciones. Me pasaba desde niño, a lo mejor me violó un músico, con todo y campanón, el Pichichi no lo quiera.  
Pero la adrenalina es una bruja,  hasta con escoba y con perol,  veo mi piel con sangre: que me cae por el hombro y por todo el pecho, ya me sacaron el mole y se ve bien pistola la sangre cayendo por mi brazo con el revolver en la mano, ojala y que funcionara.  
 
Ahora si viene una de vaqueros, hago el movimiento de robocop, me siento en los ochentas, puro eicidici y  airon meiden. Pero no me sale el movimiento y se me cae la metalera, en eso que me agacho a levantarle  el otro vato ya se recuperó del impacto en las gónadas y de un madrazo tira lo que queda de puerta. Ahora si me toco la de perder, chirrin con chin, este cuento se acabo.  
 Pienso que me salvo una casualidad, porque cuando me agacho por la pistola, me hace fuego a la cabeza, y me va a tirar otra vez, pero por gracia del Pichichi de Oro, Starsky, que ahora esta tirado en el suelo con tres metales en el tórax le quiere decir algo a Hutch, y Hutch de pendejo que voltea  y en eso todo paso bien loco man, que le amago con disparar como si el gatillo no estuviera engarrotado.
 Yo creo por la finta de robocop que no me salió y el madrazo en el suelo,  se destrabo la pistola, porque le hago la descarga y disparó hasta mas bonito, yo creo le gusta que la traten mal.  No neta, te lo juro por mi madrecita carnal, por dragon ball y los caballeros del zodiaco juntos, la bala le madreó la mano y yo no me la creo.  Gracias Pichichi de Oro y Dieguito Maradona, me le quedo viendo un rato y me da cosquilla la sangre que me esta goteando de uno de los dedos, le suelto un jodazo del tamaño del mundo entero, con la culata en la nuca. Me siento NYPD, hasta me dieron ganas de gritar, freeze: En Guai Pi Di
 Lo que paso después pasó sin que yo lo pensara, así como sin alguien le hubiera soltado la correa a mis instintos mas matones: Haz de cuenta el Benjamín con rabia y bien hambreado e infectado por un virus zombie. Me salió el killer instict, acá me salió desde lo más hondo de mi mortal combat. Mis brazos actuaban solos, sin pedirme permiso de nada, como en piloto automático: la silla, la espalda que le truena, y que lo agarró a patines, en la cara loco, le rebotaba como canica, y que le digo, a quien le ibas a quebrar los huevos narquito de cagada, a quien, le repito. Pero en eso me acuerdo que me equivoque de narco porque este no me había gritado nada, pero como dicen, pieza tocada pieza movida, o lo que es lo mismo ya metidos en el bailongo ni modo de no zapatearle cuando le gritan a uno con finura y amabilidad, zapatéyele compadrito. Le toco pagar la multa.   Yo no creía en el tiro de gracia, se me hacía una mamada, hasta esa noche, con el brazo con sangre, un jedor a pólvora bien intenso, con la rocola de las canciones averiada y un gatillo voluntarioso que se atora cuando le paga gana.
 
 
9. Ay viene Tony Montana.  
 
Salgo de la calle, me sentía tony montana, me la pelaban todos juntos carnal. O al menos eso sentía yo, complejo de superioridad: macho alfa y supersayayin. Quería gritarle a la calle man,  yu tinc yu can quil mi güit bulets, neta acá bien taxi driver, como para que se me apareciera el mismísimo chaparro guzmán y decirle arr yu toquin tu me:  me sentía el as de la sierra loco junto con el jefe de jefes y lupillo rivera juntos, y una mezcla de superstar, haz de cuenta al pacino y Robert de niro juntos: que cypress hill ni que nada flaco, aquí nomás rifaba yo, con el brazo bien madreado, pero yo rifaba que a fin de cuentas era lo que contaba, yo cortaba el pastel y lo cortaba con la metalera.
Salgo del cuarto bien norteado, ni para donde pisar, es como si la ciudad estuviera toda minada, pienso en que no tarda en llegar la farola, y los bomberos, y transito y la abuelita de batman en calzones,  así que sabía que tenía que correr. Las piernas no me daban, los pulmones como lumbre, en huelga todo el organismo.  
 Fue por ese entonces cuando empecé a cuidar la pistola como una reina, como una diosa salida de arrabales del border, neta para que me entrevistaran saico man, para que hicieran un corrido, con foto y un libro y todo el cotorreo. Me sentía todo un personaje, imaginate loco, cargarte a cinco narcos, cinco, no uno ni dos ni tres ni cuatro, cinco en toda la expresión algebraica. Cinco con todas sus prodigiosas características: cadenas de águilas, su dotación de cocol, su fuscas de ex-soldados bien de renegados, cinco mercenarios carnal, porque te digo que esos eran mercenarios, matones, sicarios: de película mexicana, acá bien Erre Almada, con sus sombreros,  su cinto piteado, sus botas de pico, acá de piel de changoleón o de avestruz o de dragón o sabrá Dieguito Maradona de qué. ¿Me comprendes Méndez? Yo me sentía inmortal, que si fueron casualidades, que fuera lo que fuera, pero yo me sentía el mismo Feliz Arellano, tumbando macana y tirando barrio, matando raza y saliendo ileso.
Bueno ni tan ileso, me agarro de la baranda y empiezo a bajar las escaleras, voy por la calle, tengo sangre en el brazo, salsa de tomate, sé que si me ven así me van a dar el levantón, opto por caminar dos cuadras y parapetarme en la fuente del parque, mientras me reviso el brazo y me limpio la sangre. Veo la fuente, tiene un elefante morado y una tortuga verde, siento el agua corriendo en cascada por el brazo, Rambo me viene corto.  
Decido hablarle a Pablito Arenas,  le digo man, prieto, vente por mi ipso factus, y en lo que menos pienso ya ando en casa del Pablito, cuatro de la mañana y nos echamos una cascarita en la consola, la mano ni me lastimé, ni modo que no pueda jugar. En esas estamos, dándole al controlcito, cuando vuelve a la carga y me pregunta, locoman, entiende, tengo familia, y por lo que parece es un peligro tenerte, agarra la onda, y yo, loco compadre esto no es una película del border hollywoodense, harinas flex, relax, no pierdas el glamur.  
Prendemos la tele y ya están dale que dale, con que aconteció un incendio que dejó dos muertos, baleados, al parecer presuntos miembros de una banda del crimen organizado, me siento super estrella con tanta propaganda no le dejan a uno chanza de pasar desapercibido, cuando en eso me dice Pablito que tengo que pensar en donde esconderme y me pasa un vaso de whiskey pa los nervios. Le digo chiqui tu bien cool, sereno moreno, que voy a salir de la ciudad, que ahorita voy con una tía, de esas tías solteronas con muchos gatos, y en lo que menos pienso se arma la discusión con el Pablito.  
Le digo, man, compita, si me quedo aquí estos rufianes me van a cuajar, mas tarde o mas temprano, y me dice que no, que las carreteras son de los narcos y que me van a dar pitazo los federales, dice, son re culos y re mierdas todos, anda baboso, ya te veo, está pa que te hagan un narco corrido, eso te buscaste por andarte metiendo en mierdadas. Le digo chitón locote, bájale de huevos, que yo no me metí en ninguna mierdada, más bien ella me busco man, Pablito, ella a mí. Y ya se están caldeando los ánimos, empezamos acá estrit faiter, y le digo pérate viejo man, sereno moreno.  
Al rato, me salgo de donde Pablito, me duele al hombro y siento un escozor al momento que cruzo la calle para agarrar el bus. Creo que sería bueno revisarme con un doctor, que me haga sutura, o de perdido acupuntura, para que se me baje este ardor. En esas estoy, cuando me mareo man, me fleto al bus y se activa el mecanismo del verso sin esfuerzo. Pienso dolor, como me dueles, este ardor lo traje de los rieles, con este olor del microbusero, que se lave los dientes man. Y se activa y no lo puedo parar. Empiezo a pensar todo en rima, bien shakespiriano, como no me pusieron espiridiano, para irme al meridiano a jugar con un peruano. Me digo ya basta cocoman, rescátate de ese juego de los versos.  
De casa de mi tía agarró el teléfono, y empieza el interrogatorio, y le digo, vieja tranquila ya hasta parece del efebei, mismo interrogatorio de regla, que si donde andas, andas metido en drogas, como te atreves a venir a mi casa, mijo por Dios, que si estoy herido, y yo que nomás de un lado tía, imagínese si fuera en una pierna, a correr como cangrejito playero. Le digo lo mismo que a Tony, y que a Pablito y que a mis papás, que todo va a salir bien. Me contestan en la línea, es mi papá a la bocina, y me dice, Chato cabrón, ahora si agárrate que me toca a mi contarte las de vaqueros galácticos.   
 
10.  Desde Rusia con Amor.     
 
Desde Rusia con amor, cuanto estoy en el parlante con mi progenitor, me dice Tu mama anda muy nerviosa, ya ves como es de neuras, pero no es para menos las cosas mi Chato, me dice que ya han recibido varias amenazas de los narcos, estamos con tu abuela, le pregunto que si con abuela Uvita y me dice que no, que con abuela Chayito, ya van varias veces que marcan y ayer marcaron aquí a la casa, saben donde estamos.  
Saben donde estamos y tenemos miedo mijo, tenemos miedo, tu sabes como están las cosas, a ver si ahora si nos dices en que maromas te me metiste, yo le digo que maromas ninguna, puras vueltas de carro, carro el que tiene dos días afuera, tu sobrina ya ni a la secundaria quiere ir me dice consternado el viejo. Les digo que se pelen ahorita mismo, que se vayan primero al centro, y que les pierdan el rastro, ni que fueramos espías me dice, y yo jefe, vato loco, agarre onda, no tengan miedo, pero no se queden ahí, le contesto envalentonado mientras le pido un cigarro a mi tia la solterona, y le pregunto que si a que mierdas huele la casa, le digo, tia huele como a atún, me dice es por los gatos mientras me acerca en cigarro, es temprano y no he limpiado todavía se justifica.  
Como que a que mierdas huele me dice mi jefe, y yo, no jefe, no era a usted era a mi tía, le digo a las diez y media, esperen un carro gris, el de Chelito Gamboa, afuera de las tortas piolín, cual Chelito Gamboa me dice me jefe, entiende Chato tenemos miedo, nos van a balacear estos cabrones. Mientras yo le doy otro golpe al cigarro pero me sabe a puros miados de gato en celo, que asco a la verga, no se hable más jefe, no tengan miedo, se lo juro todo va a salir bien.  
Le hablo a Chelito y no me contesta, ha de estar dormido, al cabo no quería salvar a mi familia, todo vuelve a ser una gran perdida de tiempo. Hago unas llamadas, aviso que estoy bien, mi tía me da su celular y me dice llévatelo de aquí le marcas, mientras me hace seña de que vamos a almorzar, pero yo no quiero almorzar, o uno del diablo te acepto le digo, ay güey, me saliste mas cabrón que bonito.  
Voy al baño, cuando escucho un ruido por la ventana, pero no es nada serio es el señor de la troca de las verduras, se me viene a la mente una cumbia de la que no me acuerdo el nombre, cuando ya estamos en la sutura y acupuntura de la herida, me dice, tienes que inyectarte del tétanos, te entro un fierro al hombro y se te va a infectar, cuando al son de la cumbia en mi cabeza ya ando medio tembleque con los antibióticos que me dio la tía solterona, los disgustos que no me dieron los hijos que no tuve me los diste tu, muchacho cabrón, me arremanga la tía con su comentario.
Digo no te rajes cocoman, y conecto a la corriente el emepetrés, empitrí diría el Pocho, como no me acordé del Pocho antes, pinche Paulino quizá me aguante la bailada. Estamos en la sala y siento el chorro de alcohol, haz de cuenta un dolor en el cráneo, de color blanco y calavera, no sé si será el pisto con las píldoras, o el tufo del alcohol de farmacia. Lo veo con nostalgia, ahorita cualquier hoyo es trinchero y hasta un trago se me antoja.  
Le insisto a Chelito, amigo del bachilleres, me contesta y se la cuento de volada, le hago una sinopsis, y me dice cuenta conmigo, y en menos de lo que canta un gallo ya está en el centro, levantando a mi familia, que andan todos despavoridos, hablando por celular otra vez, vamos para Rosarito me dice mi Jefe, allá quédense y no tengan miedo, yo me encargo, le digo y cuelgo, ya hasta costumbre se me hizo la de colgar sin avisar, le digo, se van a ir en la troca de Paulino, déjalos en la zapatería, por la salida de atrás los esta esperando para que trasborden otra vez.  
Me vuelvo a sentir tony montana, burlando a los narcuchos y analizando las opciones, ojalá me acordará lo que paso en el bar aquella noche, después del surrealismo y hasta el post modernismo, como andamos dando la función, y sin querer ya embarre a la familia.  Siguiente paso cocoman, no pierdas el foco, a ti es al que buscan, le hablo a Pablito y lo convenzo de irme en la cajuela, mira Perico my friend, no me dejes tirado.  
Todo paso de repente. Cajuela. Carretera. Federales. Ruido. En menos de lo que cuento, ya estaba yo metido en la cajuela, from Tijuana with Love, cuando de un brinco me pego en la cabeza. Todo bien oscuro, ni pa donde moverse y el Pablito que a la hora de la hora no rejo leña, siento entumido el brazo como un cosquilleo y estas trazas ni modo de quejarse. Siento que el suelo se empieza a mover raro y se oye un ruido en el motor, me dice Pablito que se va a bajar a echarle agua, que no me mueva ni haga ruido, pero en eso, se escucha otro matraqueo y el mueble del Perico se jodió.  
Aquí central, tenemos un veintidós cuarenta en actitud sospechosa, me copias, copiado Gallo, adelante, fuera. Tan bien que iba la tonada, yo encajuelado y el federal acercándose a diestra y siniestra. Me agarró la cara con las manos y me froto el huesito de la nariz, le digo, así sin pena ni vergüenza, tatita google, dale las respuestas al Perico. Hermano cayó la ley, y esa en México, con todo y el Trí de mi corazón, es peor que la huesuda
 
 
 
    11. Una suburban dorada.  
Una suburban dorada con los cristales ahumados, pero esta no es dorada es mas bien plateada, así como cachiruleada: despintada la que nos va a poner el federal si abre la cajuela y me ve haciéndole al bandido. Se escuchan voces de que cual es problema pelado, le dice así como en confianza, parece que la trasmisión o estará desvielada la chingadera, le contesta el Perico,  a donde va primo le pregunta el federal, vamos a Tecate se le salé al Pablito, a cabrón primo me sonó a manada, usté y quien más.  
Siento el corazón latiendo fuerte, si el tío le pide que abra la cajuela vamos a parar a la antesala del cherry, y en el cherry si me van a reventar los huevos, me hago aire con la playera, estoy sudado hasta las trancas, para cagarte man.  
Nunca había vomitado de nervios, eso no existía ni siquiera cuando me quebré a los tíos, que empiezo a hacer arcas para echar la guácara, y yo chale cocoman, mataste a sicarios, pul yurself tugueder este federal no te hace ni cosquillas, y me entra la cosquilla de salir de la cajuela y pegarle un tiro al federal, pero meterse con la autoridad son palabras mayores, yo ando haciendo apenas audición para la vida alegre.  
No traigo pilas man, perdiendo altura, volando bajo y el federal pregunta que si no trae herramienta, y el Perico con cara de cuija mal cogida, le dice que negativo, que no trae de que echar mano porque la bajo en su casa hace una semana. El federal le dice algo al Pablito, como no vas a traer nada, a ver préstame tus documentos y los del carro.  
A mi me da comezón en la rodilla tengo enterrada la cruceta en la espalda, me digo, no la hagas, lástima que yo quería hacer las cosas por las buenas, pérdida de tiempo, contratiempos innecesarios, pero se me sube el tren a la cabeza, lleno de soldados y de piratas.  
Me molesta el aroma de la cajuela,  lástima que el desodorante se me quedó en el baño del cuarto de la granada, así que me aguanto el olor a patas bien valiente y bien estoico, y pienso que ir a parar al cherry no suena tan descabellado, dos o tres añitos en la cana a nadie le caen tan mal, mientras oigo pasos que se acercan y voces que suben el volumen.  
Me doy la vuelta como puedo y se que a lo mejor ya escucharon gimoteo, quedo así como peluche de cumpleaños, listo pa brincar en cuanto se abra la tapa, pero el Perico sigue diciéndole al oficial un cuento que ni yo me creo, que la llave de la cajuela no sirve, que la ultima vez se quedo atorada y por poquito se quiebra, y entonces hace su acto de magia, que le quiere abrir a la cajuela. Yo no se que voy a hacer cuando le abran, si rogar perdón o salir corriendo: Por los guerreros de dragon ball zeta, como no me teletrasporto a la cantina.  
Y que el Pichichi de Oro me acoge en su seno salvador, o mas bien en su pie de goleador, porque el Perico quiebra adrede la llave mientras dice con autentica desazón, bonita chingadera, pero el federal algo le dice, le dice que no juegue con él, le dice, mira primo yo vi que la quebraste adrede, dime por las buenas que chingados traes ahí.  
El Pablito que nada, que nadie lo saca de ahí, que señor oficial esto, que señor oficial aquello, a mi me da pena oírlo tan quejica, con tan pocos huevos ni quien le haga caso. Se me vuelve a enterrar el gato hidráulico en el coxis, arriba del señor rajuela, se me bajan los pantalones un poco y me queda como para alcancía, siento el metal frio tocándome indecorosamente, asi como invitándome al amor, y yo muy pudoroso le dejo que haga con mi espalda.  
Luego todo bien claro, man, que el federal agarra el radio,  con el clásico además de cogerlo del pecho o del hombro, ni me acuerdo donde se lo cuelgan, pasos que se alejan y le grita al Perico,  quieto primo no se me alebreste, manos donde las pueda ver.  Ruido de pasos que se alejan, y luego siento un golpe intromisorio en la atmosfera de la cajuela, me da un bozo de alegría que ya mero le abren, aquí huele a patas y botellas de cerveza caliente y asoleada.  
Entonces todo fue bien claro, sabía lo que tenia que hacer, el mundo no basta, claridad de hippie iluminado, de rasta bien tostado por la mois, en esas estoy de la claridad cuando siento el segundo golpe del metal. Es una barreta, este cabrón nos va a arremangar con la puta barreta.  
Que me hagan catecismo por el ano y hasta la primera comunión pa si no estoy metido en una película de tarantino, es como un mix, una de camelia la tejana dirigida por el antes mencionado, pero fusionada con perros de reserva y de soundtrack los tigres del norte a dueto con the revels. Esto es como una fiesta de disfraces, donde no hay que miarse fuera de la nica.  
La barreta otra vez y que se abre la cajuela, la luz de la resolana y yo asi sin pensarlo, o mejor dicho pensando en que, señor oficial si usted tiene algún problema con que vaya  en la cajuela, venga y platique con mi pistola. El mundo no basta nuevamente y todo es una perdida, una gran y penosa perdida de tiempo.  
 
 
    12.   Se abre la cajuela.  
 
Se abre la cajuela, ni tiempo me da de respirar y sacudirme el olor insoportable a patas y a sobaco. La luz, el día, hasta contento me siento de ver al federal, tan galán y tan catrín, pantalón ajustado, camisa pegada, bien mamado el oficial, un autentico robocop: el brazo largo y mamey de la justicia.  
Las balas atravesaron el uniforme azul y la sangre se le mezclo con el metal de las descargas, matar a alguien en caliente, atravesar la carne con el fierro, enfierrarlo.  El Pablito poniendo su cara de asustado, a ver si no le da el tramafac, como si nunca hubiera visto una matazón antes.   
Le dispare a quema ropa, no había entendido la extensión de la frase hasta ese día que maté al federal, pienso consternado que ya le manche todo el uniforme, a mi que se me había ocurrido disfrazarme de poli, los disparos lo aventaron bien pistolas para atrás, ahorita esta en suelo, farullando no se cuantas cosas.  
Hasta ese momento me di cuenta de la cara que hacia cuando disparaba, cada quien tiene su estilo, así como los orgasmos, yo frunciendo el ceño mientras dibujo una letra o con los labios, así como diciendo que bonitos ojos tienes, debajo de esas dos cejas, debajo de esas dos cejas, todo lo demás fue muy simple, apunté y disparé, no le di tiempo de nada loco, ni de que la vida le pasara por los ojos, la vida fue una gran perdida de tiempo: acabar jalando de chota y que lo mataran así sin avisar.  
El Perico me decía que qué chingados hice, y yo pues que lo maté, que no estas viendo güey,  que no viniera a joder con otros cuentos, no había nadie en la carretera, ni un alma. Yo saliendo de la cajuela del taxi, porque el Pablito es taxista, por eso nos pararon le digo, se nos fue la onda, pinche taxista solo y en carretera y tu diciéndole que no traías herramienta, a joder por el culo perico, nos la mamamos.  Subimos el cuerpo del delito,  mas bien dicho el del policía, en la cajuela del taxi, y le digo que se aviente unas claves por la troca del federal, le digo, dale claves incorrectas, de esas que te avientas, cinco tres, ocho veinte, que se yo. Hacemos para atrás el taxi para que no se vean las manchas de sangre, y el Perico hace lo suyo con el radio, dando placas de otros tíos, kilómetros otros, y nos pelamos de ahí.  
Ora si somos prófugos de la justicia, en toda la extensión de la palabra, le digo que hay que ir a botar el cuerpo a algún lado, mientras traigo un cigarro en la mano derecha y el viento que entra por la ventana lo consume rápidamente, quien iba a pensar que iba a cambiarle al lugar al poli, quien iba pensar, quien iba a pensar, que un día me habrías de abandonar, pienso mientras reconozco que el mecanismo de la música ya se volvió a prender, pura rolita de antaño, puras oldies.  
Botamos el cuerpo, no sabemos si el federal les dio señas antes del taxi, le digo al Perico que el lo agarre de las piernas y yo de los brazos, esta pesado el hueso le digo, mientras lo botamos a un barranco que hay llegando a Tecate. Nadie nos vio, me pregunta mi cómplice delictuoso, y yo, nel pastel, métele a madre a Tijuanitas, tu a reportarte al jale como si mandarinas, como que nada pasa. Pasamos por la troca de la federal y no se ve movimiento aún, ni alma, a lo mejor les cae medio mal, y hasta gusto les va dar la noticia.  
Vemos que se vienen trocas, es en dirección de la escena del crimen,  un convoy de cuatro o cinco, echas madres, le digo tu bien cool Perico, Pablito man, nada pasa. Pasamos como Lola la trailera mientras el corazón se me bota del pecho, prendo otro cigarro y otro mas y otro mas, cuando ya estamos en casa del Perico, y tendidos como bandidos limpiamos la cajuela, que no quede huella que no y que no, que no quede huella, le digo riéndome al Pablito, y él con cara de vete a la mierda, haz de cuenta como si estuviera oliendo caca me dice chinga tu madre, mientras le gana la sonrisa. Sabemos que nos metimos en algo mas grueso todavía, acabamos de encajuelar a un federal, y de tirar su cuerpo en la carretera, cuando me digo, cocoman, no te pongas romántico, el tío era bien corrupto.  
 
 13.  Noticia de un secuestro.  
 
Que onda apá, como andan las cosas vato loco, le digo a mi jefe, me dice, Sin novedades en el frente, han estado llamando a los celulares, que dicen que ya saben que nos fuimos y que nos van a encontrar, que mejor los digamos donde estas, que porque si no, van a venir a secuestrarnos y a quebrarnos, me dice mi jefe, yo estoy sentado en la casa del Perico, le digo bien salsas que no se apure, que al rato se calman las cosas.  
En esas ando hablando por mi jefe, cuando me estoy comiendo un lonche, y siento que algo de esto no va a acabar bien, ando descalzo por la sala del Perico, mientras algo no me cuaja en la voz de mi papa, le digo que si tienen manera de irse a otro lado, me dice mi apá que tendría que ver, que tienen miedo me dice, Tenemos miedo, tu mama esta muy flaca y tu hermana casi no come, a ratos devuelven la comida por los nervios.  
Me dice que le diga en que pedos ando metido, me dice, de perdida dime que paso, le digo que pienso que fue algo personal, No se a quien cabrones mate, pero era camote del mero mero, del Chaparro, le digo, Apá, usté me conoce, todo fue un accidente, se lo juro. En esas estoy haciéndole al confesionario, cuando le digo que no es seguro seguir hablando por aquí. Así pasaron varios días, en casa del Perico, enclaustrado y jugando FIFA, no podía porrearme porque no me quedaba nada, de a puro whiskey pelón.   
Me acuerdo que estábamos jugando al FIFA, íbamos dos a uno, favor el America, yo era las Chivas. Nunca me han gustado ninguno de los dos, pero que remedio tenia que seguirle la botana al Periquito. En esas andamos cuando suena el teléfono, pausa el juego en lo que prendo un cigarro, me dice el Pablo, es tu jefa güey y esta llorando, siento el piso bajo los calcetines, las manos me empiezan a sudar y aprieto el cigarro con fuerza entre los dedos.  
Contesto. Cierro los ojos.  
Es Fernanda mijo, secuestraron a Fernanda. Se la llevaron ahora que fueron al centro, tu hermana Carolina, se defiendo y trato de resguardar a Fernandita, pero le sacaron la pistola mijo, Donde esta Carito, le pregunto a mi mama, Carito esta en el hospital, tiene una herida de bala en un pie, los desgraciados estos, y estalla en llanto mi mamá y yo me quedo mudo.  
Nunca había sentido un silencio de esos, un silencio así como del espacio, así como una sensación de rabia y de culpa, de soledad e impotencia. Me agarra la frente con la mano, mientras me aguanto las ganas de llorar, tengo la piel chinita, Ya les hablaron, le pregunto cuando noto que se calma un poco, pero mi mamá ya no esta para contestar preguntas ni para nada.  
Agarro las llaves y le pido a Pablo la camioneta, me dice, güey es de mi vieja pero llévatela, a donde vas me pregunta, pero yo ya no lo oigo por voy hecho madres rumbo a Rosarito, son casi las dos de la mañana, tengo los ánimos subidos, tengo la malilla de un pisto, un trago, un carrete, un porro, una sonada, un pericazo, lo que sea que me haga asimilar lo que esta pasando. Estos cabrones tienen a mi sobrina y mi hermana esta en el hospital por mi culpa.  
En esas ando, cuando veo que en la carretera, hay algo en tirado, pienso que ha de ser el fantasma del policía que anda haciendo sus desplantes, pero no, no es el poli ni es nadie era un perro que atropellaron. Traigo las venas saltadas, sudor en la frente, en el pecho, en las axilas, no puedo pensar, las cosas pasan a miles de kilómetros por hora en mi cabeza.  
Abrazo a mi gente y me suelto berreando, les digo que no tenemos mucho tiempo, que todavía no saben cual es la casa en donde están viviendo pero pronto lo sabrán, es como una bombita de tiempo, con cronometro y toda la cosa, lista pa explotar y auto desmadrarse. Les digo que no tengan miedo, que les ofrezcan rescate a los narcos, que van a pedir mi paradero, que las cosas se van a poner peores, que necesito que sean valientes, ustedes que no saben donde estoy, y es la verdad, no van a saber en donde estoy.  
Me llevo el celular de mi jefe, pa platicar con ellos un ratito, estos hijos de la chingada me van a conocer, cuéntenles la verdad, que me vieron, pero que no saben donde ando, ofrezcan rescate, lo que ellos pidan, por el dinero no se detengan amá, quinientos, ochocientes, me vale verga, yo los consigo mañana mismo. Ustedes ofrezcan, se lo juro que todo va a salir bien amá.  
Pero mi mama esta deshecha, no habla, no puede sostenerse en pie, mi papa tampoco. Escóndanse en la iglesia, la casa ya no es segura, llévense a Carito ahí también, hablen con el padre, márquenle a mi suegra, ella conoce al párroco de la iglesia.  
Yo me pelo a Tijuana otra vez, va casi amaneciendo, traigo el coraje atorado en la garganta, prendo otro cigarro y otro más, y pienso en entregarme, mi sobrinita no tiene la culpa de toda esta mierda.  Llego a casa de Pablito y me empino la botella de whiskey, cuando unas horas mas tarde suena el celular.  
 
 
    14.  Nokia Tone.  
    
Contestó el celular y me contesta un pendejo, Tenemos a su hija, le digo, no es mi hija pendejo es mi sobrina, Quien habla, El Güero, Àndale que sorpresita, Que es lo que quieren, Que te entregues no te hagas pendejo, no juegues con nosotros Güerito hijo del diablo, Con cuanto nos arreglamos, No se trata de dinero, no naciste ayer pelado, esto no se arregla hasta que no vengas y pongas tus huevitos aquí, o te entregas o matamos a tu sobrina, Mira, tranquilo man, vamos haciendo un trato, Compadre aquí no hay tratos, la cosa es clara o te entregas o quebramos a tu sobrina y luego a tus papás, y en eso me cuelga.  
Me agarro de las paredes man, como araña mutante, ando como zombie, voy corriendo al baño y empiezo a guacarear sintiendo el sabor dulzón del pisto, vomitando hasta por las narices, me aseguro que el emepetrés tenga full battery y me lo enjareto en los odios. Le digo al Perico que se calle, le digo, prieto man, ahorita contesto tus preguntas, necesito muchísimo dinero, y él me la suelta así de buenas a primeras, ¿Conoces a Don Loope?, y yo, Cual don Lupe, me dice que no es don Lupe, es Don Loope, con mayúscula y con doble o.
 
 
    15. Don Loope.  
 
Levanto el vaso y brindo por ella, me lo pongo a la altura de los ojos, y veo el mundo en colores ambarinos y rosiclaros, estoy en el bar, en una cantina, respirando casi hiperventilando, cuando me cae la bacha del cigarro entre las piernas y me empieza a quemar el pantalón, Ah que Güero, con que muy Tijuanitas, que si una mezcla de electronico ranchero, me dice, usted es como Ranchero Galáctico, Vayase a criar marranos le contesto, o a montar perros, aqui puro tijuanitas, y que le empiezo a decir el itinerario, que le digo, Viejito loco, ponte trucha, la camioneta llega a la misma hora, sin excepcion, que ira, que te trepas al roof del hotel, y que entonces ya tienes el rifle, hasta con lujo de darle chanfle. Y empezamos a darle a la mixtura, y levanto el vaso y le digo un brindis, que si salud que nos traigan otro igual, que si se avienta, ya entendemos que esto es casi como casorio entre los dos.  
Don Loope es un bicho peligroso, banda pesada, cinto piteado, ya le chuta en los cuarenta, edad siempre desconocida, es un gusano, según lo que me han contado, a Don Loope no le puedes dar la espalda, es un ñor, con bigote y barriga, haz de cuenta, el clásico Mexicano con bigote de carnicero de la esquina, te lo imaginas con cuchillo y delantal, en un cuarto frío con cuatro reses por detrás.  
Yo  que le digo parale loco, yo se que algo aca bien arriesgado, pero lo acabamos en un pitazo, la mesa del bar en donde estamos empieza a bailotear y le pongo una fichita de esas de indio en una pata, para que no se nos muevan los planes compadrito. Que le digo que al cajero meten mas de trescientos, y traen pistolas de juguete, esos no matan ni a una mosca. El plan el sencillo loco, dos están en el trailercito que parece de gia joe en tiempos de hambre, otros tres hacen la transacción, del gia joe al cajero. Que cuantos ocupamos me dice, y yo que el me diga, el es el matón, que déjame hacer cuentas, le digo dime ahorita vato, dime ahorita. Necesito que hagamos esto rápido, mañana, pasado, lo más pronto posible.  
Don Loope me echa una mirada, asi como diciendo, nomás te fui tanteando, me dice cual es la urgencia güerito, pos que le urge la lana o que, Sin preguntas Don Loope, el líder de esta tranza soy, desde el primer garrote hasta el último, sin preguntas viejo. Se queda callado, y se remanga la camisa, es raza de peligro, pero que le quede claro quien es el que del guateque. Se me queda viendo, mientras me agarro el vaso otra vez, y sin dejar de verlo me tomo todo lo que queda, técnicas de intimidación volumen cuatro pienso divertido, me dice, Ta bueno Machin, con que tu eres el Machín.  
 
Ya los drinks empiezan a pegarnos y a mi me entra el nervio, pero nada serio, nada que no se arregle con una arreglada. En el baño me esta esperando una liniecita de luz, que si a donde fui me dice el tio, a maquillarme nada mas. A ojo de buen cubero, ocupamos minimo cuatro, uno pal chofis, dos de delanteros y el portero. Y me acuerdo otra vez que el pinche tricolor ya no le gana ni al USA, pero puro fan, pecho azteca, zobaco peludo y chicharron con pelo pa que raspe.  
Me dice que si esto no enchílame otra gorda, que a parte esos tíos traen un sistema de seguridad por video, el camioncito esta grabando todo, Ni que fueran reporteros le digo, me dice, Por adentro Güerito, traen una cámara por adentro, hay que joderla, yo calculo que cuando salen a hacer la primera entrega si le pegamos al millón, minimo ochocientos, de a como nos va a tocar, me pregunta Don Loope, Partes iguales, mitad yo mitad ustedes, fifty fifty Don Loope, Ah que güerito cabrón, me salió mas cabrón que bonito.  
 
Que del dicho al hecho hay mucho trecho, mejor nos arrancamos desde el techo porque yo ese nunca lo he visto. Y cuando menos lo pienso ya estamos arriba, le digo, vamos en el aire, estamos en el aire: dos trepados disfrazados de meseros, y uno pal chofis, me dice que le cante la del chofis no tiene pito, y entonces me entra la cosquilla, y se me sube la bilirubina, mas bien a de ser heronia o cocaina porque este trip esta bien loco. Y entonces a correr y que voy de delantero, me da comezon la tripuda y no hay de otra que sacarla, le digo virgencita que no se atore el gatillo, pienso con culpa, que haga de lo su santa voluntad. Formacion tres, dos uno, como piramide nutrimental: dos al techo, tres delanteros y el portero, que por aqui no pasa nada. Y mucho rayban ojo de gota, gota gorda la que estamos pasando. Me pongo los lentos y nos bajamos de la camioneta, traigo los tennis de correr y mi playera favorita, y pim pon papas, que se haga la machaca, levanten las manos hijos de puta que esto es un asalto.