Subió y bajó con la misma velocidad inexplicable, como una mazacote de alquitrán. Era fuerte, fortísimo. De su cascarón emanaban toda clase de criaturas: detectives, policias & ladrones, tarántulas & bullets, russos y sinaloenses. El cielo -un sampleo de DJ desenfrenado- era de pronto un redbull. Todos respirando la nieve cálida del verso libre. Así nos cayó de pronto, como una caja de cigarros.