27.9.10


Siempre hacer las cosas bien. Tijuana se veía ensimismado en una óptica barroca que abrazaba los límites de lo gótico cada vez que se internaba en lugares oscuros: era como una burbuja en donde, la adrenalina en la sangre y el corazón palpitándole como una bomba llena de vida a punto de explotar, le hacían sentir que REALMENTE vivía. Años después, descubriría la tecla DELETE, pero por ahora, se contentaba en mirar esas fábricas abandonadas, y el complejo de refinerías y fundidoras que habían dejado de funcionar un siglo atrás. Las zonas petroléras de la ciudad eran simplemente insostenibles y una vez que los inversionistas norteamericanos hubieran de chupar hasta la última gota, se largaron igual como habían llegado. Oscuras y largas sombras se anidaban en los brazos torcidos de las fábricas, en donde, dragones gigantescos alados parecían alimentarse de petroleo y de sombras, y de todas esas cosas misteriosas por las que nos gustan las fotografías a blanco y negro.




prólogo o epílogo

el lector se encontrará en este blog toda una serie de fallas estructurales y gramaticales; de forma y contenido, de orden y cronología. el autor, en un intento muy frustrado de hacerse pasar por novedoso o chiflado, se ha visto acosado constantemente por seres imaginarios que se colgaron alevosamente entre cada una de sus neuronas, como jumanjis en plena selva, como fukús de barcos que llegaran naúfragos en tazas gigantescas de café.