Estoy pensando en regresar. Luego de esta ausencia marcada de más de tres años y cuando la cabeza ha retomado su antiguo lugar, intento ver las cosas como eran antes. Recuperar el amor de hace años. El asombro del cerebro y sus demonios. Ahora, voy a intentar justificarme, de una forma que intenta ser elegante, pero roza en lo patético: hace el mismo tiempo que la silla eléctrica se instala en donde me siento (sin yo darme cuenta); hace el mismo tiempo que me salió una planta en el cerebro; hace el mismo tiempo que me sube y me baja el voltaje; que se me acaba la pila; que necesito recargarme las sinapsis con pastillas.