Hace tiempo que perdido la fuerza de traspapelarme. Hacer unas notas cuantiosas y revueltas. Desear que se acabe el mundo (precisamente ahí, dentro de tus ojos). Porque hiciste una PAUSE en el mundo. El invierno y otras cosas, son las que uno tampoco puede explicar. La aureola cansada de tu bosque. Tu mes. Tu, Septiembre. La mujer que iba. La sal. Unos ojos en forma de luna y dos lunas en forma de gato (una mujer sagrada y las lagrimas que olvidamos en el camino, y se secaron; se secaron y no sabemos donde fue el vapor: el vapor de tu aliento en donde quisiera amanecer). Y hace tiempo la perdí. Perdí las fuerza de las venas (en donde corría, no algo sagrado como dios o la mañana o un canto gregoriano, sino puramente Coca-Cola) y me quede sin batería. Acorralado. Echado en un rincón y estúpidamente pensando. Hacer unas letras poderosas y de alto voltaje. Rogarle a dios que se acabe el mundo sin ella (precisamente, el mundo jodido, lleno de gente que no tiene sus ojos, y que no quiero ver ningunos ojos más)