Caldo de Lacan para el Freud

En algún lugar de la mente -luego de recluir todos los demonios hasta un estado casi estático- me pregunto si será bueno, simplemente, abrir la tapa. Dejar salir a los demonios y llevarlos de paseo. Estoy algo cansado de hablar con tanto simbolismo, pero, somos símbolos, después de todo. He comprendido que mi carrera no me llevaba al camino deseado. No puedo pasarme la vida entera entregando contratos, contando finiquitos, pidiendo playeras y creyendo que al día siguiente me darán la tarea importante: no hay tal. Las tareas de oficina son una especie de pulpo cíclico que no te deja salir. Te mete en su ritmo y empiezas a emputecer al mismo ritmo que los demás. Tampoco es que tenga el gran miedo -o quizá es este el problema- de ser cómo los demás, pero he comprendido que no es lo mio. Creo que mi mente, mi memoria, mi lucidez, mi talento, mi grande comprensión para las lecturas densas, el poder de síntesis-análisis, y otras caracteristicas, pueden llevarme a observar y aprender cosas de otro alcance. Es cuestión de un poco de desición y saber hacía donde quiere uno llegar. ¿te fijas? Empiezo a sonar cada día como ese libro de superación personal....creo que, por diversas razones y motivos, este episodio de mi vida, empieza a llamarse como un jodido libro la antitesis de un libro de autoayuda, un Caldo de Lacan para Freud.