Conversaciones para crear una playa desarmable

I.

―¿Terminó licenciado?
―¿Cómo?
―Sí, con la playuta desarmable.
―¿Playuta?
―Playita...Playita, quiero decir, con un carajo, PLA-YI-TA ―dijo en tono mordaz y cada vez mas desesperado.
―Tenemos que alcanzar el Zen antes que nada.
―!Con la putísima licenciado, dese prisa!
―¿Prisa?― preguntó nuevamente
―...
―¿...?
―La cosa es pero que bien simple: En California...MI PAÍS ¿entiende eso licenciadito de cagada? My fucking lovely country, las cosas se hacen así, y no ponga esa cara de interrogación. Le preguntaré por última vez ―y el tono paso de exasperado a caótico mientras una colilla de cigarro resbalaba, caía, penetraba por el aire cortante del estudio ―¿Terminó con la playita desarmable?

Silencio.

Reset.

―¿No entiende la pregunta o que carajos?
―Es que...tenemos que ver a Mahoma, Los Simpson, Dr. House, Zen, Spencer, Nietzsche, usted debería saberlo Coronel. Las playitas desarmables no se fabrican así como así. Además hay que agregar algo de HBO, FOX, encendedores Zippo y pintarlas todas con, bueno...con usted sabe qué Coronel: piénselo: McDonalds, Hollywood, Apple. ¿A poco cree que nacieron solas?
―A mi no me va a venir a dar cátedras de sus mierdas ¿me oyó? Licenciaducho de cagada ―con un además furioso y serpenteante, alzó su cuchillo: sus ojos eran dos líneas geométricas casi volcánicas: el humo del tabaco, de alabastro y color arroz.
―No...Coronel...usted no lo entiende

Pausa

―Nos faltan casi 19 ingredientes. No faltan girls con ojos de pretty aliens ―repuso el licenciado, haciendo mueca de enumerar factores ―, las EME gigantes con forma de pulpo no han llegado, Bob Dylan, Enrique Bunbury, y sobre todo la unidad de CSI.
―Cállese.


II.

―Que pagues el rescate, que abajo te indico, y luego has sonido de trompeta.
―¿Cómo?
―Sí, paga el rescate que viene en la parte de abajo de la carta.
―¿Eso dice la canción?
―Claro mi Coronel.
―¿Desde cuándo me habla de tú, pinche Licenciado Mariguanero...le voy a quitar la demagogia a punta de catorrazos.
―No no no, mi comandante.
―Coronel ―interrumpió abruptamente el Coronel
―FALTA EL RESCATE
―¿Cuál pinche rescate...esta usted pendejo o qué?
―El último ingrediente para terminar con la playita desarmable.
―Ah.
―¿Ah?
―Entonces: ¿termino licenciado?
―Sí, ahora empezamos con las leyendas (m)hoteleras
―¿Con la EME entre paréntesis?
―(M)Hoteleras mi Coronel
―Anotado Cabo...digo, licenciado
―Ahhh.
―¿Fin?
―Usted dirá
―Pa´ luego es tarde.

Suprime

End.