Jaimaca Knox

Jaimaca Knox le dio el ultimo vistazo al cuadro. No podia dejar de sentir que le faltaba algo. Estaba irremediablemente incompleto. Entonces, a mitad del tráfico se encontraron catorce hombres encampuchados. Había que escribir durante catorce horas seguidas. Historias. Cuentos. Chistes. Frases. Novelas. Series. Guiones. Poemas. No importaba el resultado. El fin había dejado de ser el fin. El medio se había convertio en el fin por si mismo. Se iban a crear carpetas, libros, carpetas, se iba a crear un sistema perfecto de almacenaje para guardar lo que se escribiera día con día. El resultado: un ejército de hojas rayoneadas por todos lados. El plan se iba a poner en práctica a partir del 1 de Enero del 2011. Pero como siempre y como muchas otras cosas, el plan se retrasó. Los pronósticos eran los de una estrategia blindada a contra de fallas y de un método infaliblemente cabrón. Nadie se iba a librar de El Método y a partir de aquella hora. Nadie pararía. Empezarían a partir de las 5 de la mañana. Alguien los despertaría y les daría una libreta y un lápiz. Había, en el internado, un total de cuarentaidós enfermeras y asistentes que procesaban el material. Entre la cuarentena, había también un bonche de expertos que analizarían la información obtenida. Luego de los primeros 4 meses y ded que el ritmo de análisis y los procesos estuvieran medianamente controlados, comenzarían a realizar algunos cambios. Para llegar a ese punto, tendrían que pasar por una exhaustivida de auditorías y revisiones. Los Escribidores, estaban condenados a no parar durante las catorce horas: de las 5 de la madrugada a las 7 de la noche. Con las primeras jornadas de trabajo, se dieron cuenta que los escribidores bajaban el ritmo durante algunas horas. Al ser alimentados, se disminuía la continuidad de las frases, y las ideas cambiaban el rumbo de las historias. Además, los participantes no soportaban el dolor en las articulaciones durante todo el tiempo. El gobierno Ruso, en especial Ikajonovik Ikajonoviech presentó una serie de frases que fueron ferreas para que el proyecto se completara. Pronto, El Método, dejaba inhabilitados a todos y dando gritos de dolor. Comenzaron la segunda fase...