22.4.12

que asco mr. writer.

dicen los expertos, que uno debiera escribir varias horas al día. ensayar largamente con los párrafos; besarles las frases, manosearles las palabras, cambiarlos, moverlos de un lugar a otro. solo he comprobado si esto es verdad contadas veces en mi vida. hubieras visto. era como hacer el amor con esos carajos capítulos en forma de balas trepidantes: cocodrilos que mordían el aire que estaba hecho de pedazos de revistas, cómics y cualquier otra cosa brillante. yo amaba esos capítulos. eran fosforescentes. electrónicos. distantes y drogadictos. rapaces como una prostituta en un ferrari a ciento ochenta kilómetros por puteada. yo nací de esos capítulos: trendys: cortados: alucinantes: alucinógenos. totalmente arrítmicos. pero en fin, yo podía jugar con ellos toda la noche, y estirarles los tamaños, hacer que de sus miles de bocas, salieran todas esas faltas de sintaxis que lo llevaban a uno a proclamar el éxtasis de la mala ortografía. eran, en conclusión, una verdadera porquería que quedó arrumbada en un archivo de PDF. descansen en paz.

prólogo o epílogo

el lector se encontrará en este blog toda una serie de fallas estructurales y gramaticales; de forma y contenido, de orden y cronología. el autor, en un intento muy frustrado de hacerse pasar por novedoso o chiflado, se ha visto acosado constantemente por seres imaginarios que se colgaron alevosamente entre cada una de sus neuronas, como jumanjis en plena selva, como fukús de barcos que llegaran naúfragos en tazas gigantescas de café.