(tener un blog) es mostrarse al mundo y tratar de iluminarse el propio, bajo una antorcha qué resulta ser siempre un pensamiento inacabado. Tener un blog -ese acto de odio y parto- es como abrirse el corazón y ver quién está dispuesto a no tomarlo, sino presumir la entraña más ridícula, la neurona más quemada, el pulso más tembloroso; en fin, todos los abismos que siempre llevan de regreso a la misma puerta. Hoy recuerdo, que hace varios años —catorce, trece, quince— inicié el blog, más con ganas de pegarme un tiro en la nuca que de otra cosa.
prólogo o epílogo
el lector se encontrará en este blog toda una serie de fallas estructurales y gramaticales; de forma y contenido, de orden y cronología. el autor, en un intento muy frustrado de hacerse pasar por novedoso o chiflado, se ha visto acosado constantemente por seres imaginarios que se colgaron alevosamente entre cada una de sus neuronas, como jumanjis en plena selva, como fukús de barcos que llegaran naúfragos en tazas gigantescas de café.