Eran las dos de la mañana y los guardias, bajo el manto reptilante que eran las estrellas de aquél campo casi al vacío de la nada, lo dejaron pasar como cosa normal. Había estado haciendo visitas casuales. Chequeos sorpresas. Lo normal para alguien de su puesto. La oficina estaba completamente a oscuras y a un lado escuchaba el traqueteo de la fábrica. Eran como ecos que se levantaran hacia el techo de la nave, y se extinguieran antes de llegar al cielo. eran como grandes y potentes esferas que vigilaran todas las tierras y cada una de las piedras....
prólogo o epílogo
el lector se encontrará en este blog toda una serie de fallas estructurales y gramaticales; de forma y contenido, de orden y cronología. el autor, en un intento muy frustrado de hacerse pasar por novedoso o chiflado, se ha visto acosado constantemente por seres imaginarios que se colgaron alevosamente entre cada una de sus neuronas, como jumanjis en plena selva, como fukús de barcos que llegaran naúfragos en tazas gigantescas de café.