28.7.25

!Ésto es, la revolución!

Los que nos dedicamos a escribir, lo hacemos siempre en la mente. Mezclamos las palabras y las letras; hacemos una especie de alquimia cerebral y ortográfica, para ver si, con algo de suerte, resultan un par de frases ganadoras. Nunca he podido pasar de más de tres capítulos, tengo que ser honesto. Se me multiplican las versiones como pulpos alienígenas que tuvieran miles de vidas y tentáculos; se me presentan en muchos colores, como diablos disfrazados, presumiendo ser la mejor y única versión. Y fue así, como el primer capítulo de mi novela, en un ímpetu parricida, intento engañarme hasta el sofoco y asesinarme por la espalda. 

Tengo que decir que fue así como esa manada de lobos malagradecidos, me vencieron en el primer round que, dicho sea de paso, duró poco más o poco menos de quince años. Pero uno tiene que luchar con todas las fuerzas. Sacudirse los fantasmas y tomar aire, ver la luz. Gritar. Sentarse y ser valiente ese péndulo entre la locura y la cobardíay poner en letra lo dicho. Poner en letra lo pensado. 

Primer capítulo, hijo bastardo de un padre que te abandonó, te juro la guerra por siempre. He de clavarte cada una de las letras en una hoja en blanco y voy a quemar cada uno de los archivos reproducibles que te dieron vida. Maldigo tu tinta para toda la eternidad. Viva el detective Julián Casablancas. Viva el Tijuanas. Viva Ramirez. Viva Janeth. !Ésto es, la revolución! Esos harapos nacidos de mí, personajes que una vez fueron, serán.  


prólogo o epílogo

el lector se encontrará en este blog toda una serie de fallas estructurales y gramaticales; de forma y contenido, de orden y cronología. el autor, en un intento muy frustrado de hacerse pasar por novedoso o chiflado, se ha visto acosado constantemente por seres imaginarios que se colgaron alevosamente entre cada una de sus neuronas, como jumanjis en plena selva, como fukús de barcos que llegaran naúfragos en tazas gigantescas de café.