fly me to the moon, my dear.




se que hay algo que no anda del todo bien (es la imposibilidad de alcanzar tu corazón, las ansias eternas de estar enamorado y ser perseguido por la obsesión de una mente que no entiende de recuerdos, ni mucho menos de razones y se aventura a amar sin ningún otro motivo que su propio instinto como cualquier oficinista, con muchas letras en la cabeza y muchas frases que afirmar ir volando entre las nubes, esta vez, sin cinturón de seguridad) y es que volvió. volvieron y volverán siempre las ganas de cortarse de un solo tajo las venas. de reventar todos y cada uno de esos globitos de helio que me mantienen a flote (hacerse adicto a la sensación de intensidad, que mil cometas caerán bajo tus pies, que tu cama es una especie de puerto, que tus besos son olas que llevan todas grabadas mi nombre: ser indomesticable, dejarse besar donde nadie más habita el alma, más que tú, por supuesto) porque si con tu amor no me puedo salvar, entonces estoy condenado a vivir en un mundo (fabricando, fantasías) que se repite invariablemente bajo los mismos tropiezos, recomienzos y globos que se revientan siempre al llegar el alba.