Inevitable dejar de jugar

La verdad es que así era la vida, como un partido de tenis en donde todos juegan y todos pierdan y ganan y se lastiman al mismo tiempo. Es inevitable dejar de jugar, aunque tenga uno que sentarse a ratos. La vida o el amor (el tigre agigantado entrando por la ventana y por no decir todas las cosas donde quedaron las respuestas)